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El Real Murcia lo intentó, pero no pudo. Al equipo grana le faltó calidad y pegada, pero no ambición ni ganas, aunque el derbi le ... dejó retratado ya que fue inferior en la segunda parte a un Hércules más práctico y letal. El equipo de Simón tuvo en su mano cambiar el rumbo del derbi, pero no acertó las ocasiones claras que generó. El Real Murcia acabó mostrando su impotencia e hizo que la afición grana presente en el Rico Pérez estallará contra los futbolistas y el técnico manchego al final de un choque que dejó imagenes crudas, difíciles de digerir.
De lo que no se puede acusar a Mario Simón es de no ser valiente. Apostó por el once titular más ofensivo posible. Sentó a Armando, pivote defensivo, y eligió un centro del campo formado con Ganet y Julio Gracia. Además, arriba juntó a tres claros llegadores como Fran García, Juan Fernández y Pablo Haro para respaldar a Andrés Carrasco. Un mensaje claro de que el Real Murcia iba a por el partido, que no le tenía miedo al millonario Hércules.
Hércules
Jesús Fernández, Raúl Ruiz (Chuli, 73), Álex Martínez, Bikoro, Diego Jiménez, Carlos David, Aketxe, Pedro Sánchez (Raúl González, 58), César Moreno, Tano y Elliot (Nico Espinosa, 73).
3
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0
Real Murcia
Miguel Serna, Mario Sánchez, Iván Casado, Alberto González, Luis Madrigal (Alberto López, 64), Pablo Ganet (Athuman, 69), Julio Gracia (Armando, 69), Juan Fernández (Rognny, 79), Fran García (Boris Kouassi, 64), Pablo Haro y Andrés Carrasco.
Goles: 1-0, min. 18, Raúl Ruiz. 2-0, min.75, Raúl González. 3-0, min. 88, Aketxe, de penalti.
Árbitro: Pol Gòdia Solé, del comité balear. Mostró tarjeta amarilla a Álex Martínez, Pedro Sánchez, César Moreno, Aketxe, Julio Gracia, Mario Sánchez.
Incidencias: Rico Pérez, 6.000 espectadores, más de mil de ellos seguidores granas.
De hecho, el Real Murcia hizo méritos más que suficientes para no acabar por debajo en el marcador tras los primeros cuarenta y cinco minutos. El equipo de Mario Simón presionó muy arriba desde el inicio y desde bien pronto generó ocasiones. A los seis minutos Julio Gracia se probó con una falta directa y Fran García, poco después, lo intentó con un disparo lejano. El Murcia no se asustó por el escenario y mandó desde el inicio, con personalidad, mientras que el Hércules esperaba agazapado a pesar de jugar en casa y ser el equipo con más potencial.
Antes del gol del Hércules el Real Murcia generó otras dos ocasiones mayúsculas con las que debió ponerse por delante. La primera, un remate de Fran García en el segundo palo tras un centro de Mario Sánchez que Jesús Fernández, portero local, evitó con una buena intervención. En la segunda, Alberto González no tuvo fuerzas para rematar dentro del área pequeña una asistencia de Casado. Pero un contragolpe del equipo alicantino acabó con un centro envenenado de Elliot que acabó con el remate de Raúl Ruiz dentro del área pequeña. Era el primer acercamiento local.
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Lo mejor es que el Murcia no se vino abajo y siguió generando ocasiones de gol. Como un remate de cabeza cruzado de Casado que se marchó ligeramente desviado y otro saque de esquina botado por Madrigal que se paseó por la línea de gol de la portería herculana, aunque ningún futbolista grana acertó a rematar. Al cuadro de Simón, además de intensidad y más fuerza en los choques, le faltaba acierto para recoger el premio merecido por su apuesta valiente.
Las ocasiones El Murcia no aprovechó las claras ocasiones que generó y su rival acertó en su primera llegada
Fondo de armario La segunda parte, con los cambios, sacó a relucir la diferencia de potencial entre ambos equipos
En la segunda mitad el escenario fue el mismo. El Murcia intentó mandar y el Hércules esperó agazapado, sin complejos. Pero al equipo grana, poco a poco, le fallaron las fuerzas y no tuvo la suficiente munición en el banquillo. Además, el juego era cada vez más trabado, más bronco, con menos circulación del balón. El equipo alicantino estaba cada vez más cómodo y los granas, más ansiosos. Incluso el Hércules, llegaba cada vez con más peligro.
Mientras que Simón dio entrada a Armando, Athuman o a Alberto López, la nueva incorporación grana, Sergio Mora introdujo en su equipo a Raúl González o Chuli, dos atacantes que serían titulares en la equipo grana. Y en una acción mal defendida, sobre todo por Armando y Athuman, Bikoro fabricó una jugada de gol que transformó el propio Raúl González (2-0).
El choque ya estaba sentenciado, sobre todo porque el Real Murcia no tenía fuerzas ni ideas. Y para colmo, un error en una salida de balón desde atrás de Mario Sánchez empujó a Athuman a cometer un penalti que Aketxe transformó. El Murcia intentó mantenerse erguido, no bajar los brazos, pero la remontada era imposible tras un partido en el que los granas tuvieron su oportunidad y la dejaron escapar. La imagen de los futbolistas murcianos, cabizbajos y derrotados, acercándose a unos seguidores de los que no recibieron ni mimos ni aplausos, fue el fiel reflejo de la impotencia del Real Murcia en el Rico Pérez en una tarde que será difícil de digerir para la afición murcianista
Mario Simón acudió a la sala de prensa del Rico Pérez con gesto serio mientras escuchaba de fondo los gritos de los aficionados granas pidiendo su dimisión: «Cuando pasa esto no es agradable. Nosotros intentamos sacarle el máximo rendimiento a la plantilla, no sé si nos equivocamos o no, y sabemos de la exigencia que tenemos», aseguró el manchego, aunque no le preocupa su futuro. «Pensar ahora en mí sería egoísta, me concentro en corregir lo que se ha hecho mal. Estoy aquí para trabajar e intentar ayudar al Real Murcia. No puedo estar pensando qué pasa conmigo, debo pensar en qué hemos hecho mal», afirmó. La directiva grana analizará hoy la situación del técnico de Albacete, aunque no todos en la casa grana son partidarios del relevo en el banquillo.
En los minutos posteriores al choque la afición grana siguió mostrando su indignación por el resultado. Sobre todo un grupo amplio de seguidores que se concentró en la puerta principal del Rico Pérez por donde tenía que salir minutos después el autobús del Murcia. Gritos como «esta camiseta no la merecéis» o «el próximo domingo, que juegue el Imperial» sonaron con insistencia, aunque no tanto como los que pidieron vehementemente la marcha de Mario Simón. De los jugadores, Armando fue el que se llevó la peor parte.
Pero los momentos tensos no acabaron ahí ya que cuando el autobús grana, que tardó una hora de salir de Alicante, llegaba al Enrique Roca, una dotación de la Policía Nacional detuvo, en la salida de la autopista, a los cuatro autobuses de peñistas que en esos momentos se dirgían hacia la sede de la Fepemur situada en el estadio y donde dichos seguidores recogerían sus coches. Los agentes evitaron así que más de doscientos aficionados increparan otra vez a los futbolistas al salir en sus coches desde el aparcamiento del estadio hacia sus domicilios.
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