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El Real Murcia recibió otro golpe duro en el Enrique Roca, aunque esta vez fue ante un rival directo por el ascenso y no ante ... uno de los de abajo, de los que se encierra atrás a esperar el fallo grana. Lo del Ibiza se veía venir ya que llegaba enrachado al estadio grana, en fase ascendente y asustando a sus rivales a base de goles. Los noventa minutos de este domingo fueron un puñetazo de realidad, un baño de realismo de los de Jémez, que se marcharon del Enrique Roca con el liderato del grupo 2 bajo del brazo, un premio alcanzado por méritos propios tras demostrar durante más de un mes sus argumentos para pelear por el ascenso a Segunda sin la necesidad de pasar por la lotería impredecible del 'playoff'.
Es la lectura más realista de lo que sucedió en un choque marcado por la lluvia que acompañó al duelo desde el inicio hasta el final y que impidió que el Enrique Roca registrara una de las mejores entradas de la temporada. En el césped, el Murcia no fue un obstáculo para un Ibiza que supo sufrir al principio, estirarse después y aprovechar las ocasiones cuando las tuvo. Los granas, por el contrario, firmaron una buena primera parte, pero se desplomaron en la segunda debido a sus propios errores, a la falta de pegada propia y a la determinación de un rival más letal. Y a la falta de soluciones de Fran Fernández, que no supo cambiar el duelo tras el descanso. La realidad duele, pero el Murcia debe asumir que el liderato se ha puesto difícil, que ya no dependerá de sí mismo para ser primero y que ahora tiene que tirar de fortaleza mental para no autodestruirse y superar esta pequeña crisis. Al menos quedan doce jornadas por delante para levantarse y seguir peleando por estar arriba, y más sabiendo que sus enemigos están ahora por encima, aunque también llegan algunos por detrás.
Real Murcia:
Gazzaniga, Jorge Mier (David Vicente, 79), Alberto González, Esteban Saveljich, Ian Forns, Isi Gómez (Boateng, 63), Palmberg, Pedro Benito (Pedro León, 58), Davo (Alcaina, 58), Juan Carlos Carlos Real (Toral, 67) y David Flakus.
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Ibiza:
Ramón Juan, Guillem Molina, Javi Jimenez, Jesús Álvarez (Gori, 72), Álex Gallar (Domèmech, 87), Mo Dauda (Quique González, 72), Bebé, Roberto Olabe, Unai Medina (Astals, 72), López-Pinto (Zarzana, 78) y Iago Indias.
Goles: 0-1, min. 46, Bebé. 0-2, min. 57, Javi Jiménez.
Árbitro: Camacho Garrote, del comité andaluz. Mostró amarilla a Isi Gómez, Bebé, Iago Indias, Boateng, Domènech y Guillem Molina. Expulsó con roja directa a Ian Forns en el minuto 77 y a Javi Jiménez en el 90.
Incidencias: Estadio Enrique Roca, 15.261 espectadores.
Lástima, porque la entrada al choque del Real Murcia prometía. Su puesta en escena fue la apropiada, pero faltó un gol. Presionó muy arriba a su rival, que pese a su calidad a veces tenía que enviar el balón fuera forzado por la presión de los atacantes granas. El equipo local carburó de inicio, empujó, arrastró a la grada, aunque le faltaba la seguridad de ir por delante. Pedro Benito no pudo llegar por poco al pase filtrado interior de Palmberg. En el lado contrario Bebé ya había amenazado a Gazzaniga con dos disparos lejanos y potentes, un de ellos raso y duro que obligó a trabajar al meta grana.
Una genialidad de Davo, que encontró un hueco entre la nutrida defensa ibicenca para encontrar a Palmberg, debió acabar en gol, pero el disparo del brasileño encontró el cuerpo de Ramón Juan. Incluso en el saque de esquina posterior Alberto González casi conecta con potencia el centro de un Real frío. El Real Murcia mordía, aprobaba, al contrario de en otros partidos en casa, y firmó una primera media hora mayúscula, pero con un lunar: no consiguió acertar en los últimos metros. Lo peor del tramo inicial, el diferente rasero del colegiado Camacho Garrote para castigar las faltas de uno y otro equipo. Isi vio una amarilla por una acción similar a una de Olabe, pero el del Murcia vio la amarilla y el jugador visitante no.
En la última fase de la primera parte, el Ibiza tomó oxígeno gracias otra vez a Bebé, que comenzaba a erigirse en un futbolista diferencial. Sobre todo porque el jugador llegado a Ibiza hace apenas unas semanas armaba el disparo con mucha facilidad a pesar del buen trabajo colectivo defensivo de los pupilos de Fran Fernández, sobre todo de Jorge Mier. El caboverdiano se sacó de la chistera un misil que se fue cerca del palo de la meta de Gazzaniga, mientras que poco después fue López-Pinto el que hizo trabajar a la zaga grana. Los primeros cuarenta y cinco minutos acabaron con el equipo de Paco Jémez mandando y a los granas intentando armar un contragolpe letal que no llegaba.
Pero en la segunda mitad todo se torció nada más empezar. En una jugada en la medular sin peligro aparente Isi Gómez se entretuvo y perdió un balón que se acabó convirtiendo en una bomba de relojería. Gallar asistió con calidad a Bebé, que tras recepcionar con clase cruzó el balón ante la media salida de Gazzaniga. El delantero finalmente cumplió su amenaza y castigó al equipo grana. Era la prueba definitiva para testar la madurez del Real Murcia y sus aficionados, que debían empujar a su equipo en busca del empate. Pero no pasó.
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De hecho, nueve minutos después, y antes de que Fran Fernández reaccionara, el Ibiza de Jémez asestó el segundo golpe, también en una jugada en la que participó Bebé, que asistió a Javi Jiménez para que este colocara el balón en la escuadra izquierda de la meta de Gazzaniga. Un gol incluso más bello que el primero. En menos de quince minutos el equipo de Paco Jémez había desmontado a un Real Murcia que ya estaba en la lona, sin capacidad de reacción, asustado por la situación, sin plan b.
De ahí hasta el final, y a pesar de que quedaba media hora por delante, no pasó nada. Encima, Ian Forns sepultó al Real Murcia con su expulsión evitable. Y pese a la vuelta del eléctrico Toral o de la presencia de dos delanteros en el ataque grana en el tramo final, el Real Murcia se mostró impotente una y otra vez ante un Ibiza que ha llegado para quedarse, que cree en lo que hace y que es un líder con hechuras.
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