Ejercicio de supervivencia del Murcia en La Solana

Mario Simón puso en el campo el mejor once posible teniendo en cuenta sus seis bajas, muchas de ellas de futbolistas titulares. Julio Gracia jugó de inicio a pesar de sus molestias, igual que Manu Pedreño, el recién llegado. No obstante, el once inicial grana parecía suficiente para ganar al colista del grupo.

El choque arrancó con intensidad, demasiada para los granas. Los dos equipos salieron revolucionados y las faltas de Josemi para los locales y Alberto Gónzalez para los visitantes elevaron la temperatura del choque con apenas dos minutos de juego. La irregularidad del terreno de juego no permitía las florituras y ambos equipos tuvieron que apostar por un fútbol directo y poco glamuroso. Dani García lo intentó en una jugada personal que acabó con un disparo flojo, mientras que Fané se probó en los locales.

El equipo grana necesitaba acoplarse rápido a las circunstancias del choque, comprender qué tipo de partido debía plantear en un campo de reducidas dimensiones, terreno irregular y ante un rival necesitado que estaba dispuesto a todo para ganar su segundo partido de Liga. Por eso, en una jugada de acoso de los locales, un centro de Fané al área grana acabó con una mano de Alberto González que el colegiado castigó con una pena máxima. Alvarito engañó a Serna y puso más cuesta arriba el choque para los granas.

El partido cambió con el 1-0. El Marchamalo dio un paso atrás y el Murcia comenzó a mover el balón con más convicción, aunque sin profundidad. Pero lo más preocupante es que el equipo grana siguió sin generar ocasiones claras de gol en un choque con cada vez más interrupciones, con menos fútbol. El equipo grana estaba incómodo y no sabía cómo hincar el diente a un partido que al descanso era más verde que grana. Con toda la segunda parte por delante, Mario Simón necesitaba activar nuevos mecanismos para que su equipo compitiera mejor ante un equipo con menos potencial pero con muchas más hambre. Lo peor es que el manchego apenas tenía nada en el banquillo.

El Real Murcia hizo más en los tres primeros minutos de la segunda parte que en todo el primer tiempo. De hecho, sacó dos saques de esquina en los primeros compases y embotelló al Marchamalo en su área. Pero el equipo local se volvió a levantar con un disparo lejano de Sebas que Serna sacó con una mano providencial.Por eso Simón decidió cambiar las cosas sacando a Boris Kouasssi y sentando a Fran García, cada vez más errático. Pero antes de que se produjera el cambio, Alberto González, uno de los pilares del equipo grana, se fue a la calle por agarrar del cuello a un rival que le había hecho falta previamente.

Simón, además de con la entrada de Boris, rearmó su defensa colocando al canterano Jorge García junto a Pedreño formando un eje de la zaga de circunstancias. Era el más difícil todavía ya que los granas,después de la primera hora del partido, necesitaba un golpe de suerte para empatar que solo tardó un minuto. Una falta lateral, peleada por Boris acabó con un remate en boca de gol de Carrasco que se convertía en el empate a uno. Oro puro para un Murcia que parecía muerto.

Pese a la inferioridad el Murcia no renunció a ganar. Boris se desmelenó y siguió generando peligro. Simón decidió incluso metermás artillería y metió a Rognny, su tercer delantero, para los últimos veinte minutos. El duelo se convirtió en un correcalles, en un ida y vuelta, aunque los granas contaban con Serna, un portero seguro que dio estabilidad a su equipo con dos paradas vitales.

El Murcia no dejó de sufrir hasta el final. Un cabezazo de Christian García hizo temblar el larguero de la meta de Serna, el mejor de los murcianos en los momentos más calientes y decisivos. Los minutos finales fueron un suplicio para los granas, que tampoco renuciaron a la victoria a pesar de la inferioridad. Una gesta que no llegó en La Solana, un campo que se convirtió en un infierno para el conjunto grana del que consiguió salir vivo.