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El Real Murcia buscaba cosas distintas. Las que estaba haciendo no terminaban de funcionar. Por eso, a principios de noviembre, decidió destituir a Gustavo ... Munúa. Fue reemplazado por Pablo Alfaro. Era un cambio para dar un impulso a un grupo que había logrado varias victorias, pero que seguía reincidiendo en sus defectos. Sin embargo, por ahora el Murcia no ha conseguido mejores resultados con el entrenador maño que con el uruguayo. El equipo tiene diferentes intenciones, pero sigue teniendo problemas para ser competitivo e incluso repite errores. Los datos y el contexto ayudan a entender la situación.
En el tiempo en que dirigió a los granas, Gustavo Munúa sumó 17 puntos en 11 jornadas. En concreto, logró cinco victorias, cuatro en octubre, dos empates y cuatro derrotas. También perdió un quinto partido, en Copa del Rey ante la Arandina. Ese encuentro y el posterior en Ceuta en los que volvieron las peores sensaciones provocaron su destitución. Con el equipo noveno, a dos puntos del quinto, y con muchas dudas sobre su capacidad para evolucionar, se produjo el cambio de entrenador. Llegó Pablo Alfaro y, por el momento, sus números son peores. En seis jornadas ha sumado cinco puntos mediante un triunfo, dos empates y tres derrotas. El 'playoff' está a siete puntos de distancia.
A nivel de goles a favor y en contra también el balance actual es un poco peor al anterior. Con el técnico uruguayo, en 12 partidos oficiales hizo 11 goles (0,9 tantos por partido) y recibió 13 (una media de 1,1). Por su parte, con el preparador maño el Murcia ha marcado cuatro veces (0,66) y ha concedido ocho goles (1,33). En cualquier caso, los problemas en ambas áreas han afectado a los dos entrenadores.
La cara del equipo no ha mejorado tanto como necesitaba y se esperaba. De hecho, el único triunfo que ha celebrado Alfaro en el banquillo grana fue por 1-0, el resultado al que se agarró sy predecesor en su mejor racha de resultados. Un victoria por la mínima que en el caso del Murcia evidencia sus problemas para cumplir con unos mínimos competitivos. En ciertos momentos ha podido agarrarse a los encuentros así, pero no ha tenido la continuidad para repetir victorias como la de Huelva en otros compromisos como ante el Antequera. Con uno u otro técnico, no ha dejado de tener errores que parecen crónicos.
Y es que hay una serie de problemas transversales que el Murcia no ha sido capaz de solucionar. Ante el Castellón supo empatar en una cita que estaba siendo muy dura, pero muy poco después encajó. Como ante el Antequera. O ante el Málaga. O ante el Córdoba. O ante el Sanluqueño. En ese encuentro también recibió un gol nada más empezar la segunda parte. Y ante los blanquiverdes encajó al minuto de juego. Ante el Ibiza, después de quedarse con 10, solo fue capaz de aguantar el 0-0 durante los cinco minutos siguientes.
Los murcianistas no logran manejar los momentos, ni antes ni ahora. Además, el equipo sigue fallando en casa. De dos victorias, un empate, dos derrotas y seis goles encajados con el charrúa, ha pasado a un empate y dos derrotas con otros seis tantos en contra. Además, la parcela ofensiva tampoco ha mejorado y la creación de juego y ocasiones sigue siendo escasa. Con el nuevo míster, ha construido goles desde atrás, pero no sostiene el dominio y el juego elaborado acaba por disolverse ante rivales que acaban teniendo más el balón.
Pero todas esas estadísticas también precisan de un contexto. Así, Pablo Alfaro tuvo que heredar varios problemas que le han condicionado a la hora de obtener en el corto plazo mejores resultados. Por un lado, están los referentes a la confección de la plantilla y que, con el propio técnico como partícipe, pretende modificar este invierno en número y nombres. «Necesitamos variar el rumbo porque haciendo lo mismo no sacas resultados distintos. Queremos que el equipo tenga otra chispa», dijo en Castalia.
Además, también recibió un grupo que había manifestado carencias en lo físico y en lo táctico. De ese modo, tuvo que hacer los onces en función de los jugadores que estaban al 100% por los repetidos problemas musculares en la plantilla que fueron impidiendo concretar un posible once tipo. Ahora los entrenamientos duran menos y son más intensos. Además, con Munúa al equipo le costó mucho conjuntarse y tener una idea de juego clara. Lo hizo siendo más defensivo. Alfaro quiere cambiar ese estilo para presionar y tocar más.
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Finalmente, si los datos de Alfaro son peores, también lo ha sido su calendario. El charrúa logró 12 de sus 17 puntos ante Recreativo Granada, Atlético Baleares, AD Mérida y Linares, todos actualmente en descenso. Quitando el primer partido, en el estreno de Liga en el Nuevo Los Cármenes, los tres últimos equipos ya estaban en problemas en mayor o menor medida. Por su parte, el zaragozano ha tenido que subirse al equipo con la temporada en marcha y desde el primer día ha ido compitiendo ante Castilla, Intercity, Málaga, Recreativo, Antequera y Castellón. Es decir, seis rivales que están entre los 10 mejores. Ahora el calendario se suaviza y con los movimientos de invierno podrá medirse mejor el efecto real de Alfaro como entrenador del Murcia. Hasta ahora no ha llegado.
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