Otro verano con el Santiago Segura más familiar

Comenzamos este julio sin San Fermín pero con el aire acondicionado a todo lo que da, con un par de mega hits que esperan reventar taquillas, y con dos pequeñas muestras de otras dos exóticas cinematografías, de esas que no suelen llegar a las pantallas más abajo de la Venta del Olivo.

Santiago Segura hizo la machada el verano pasado de estrenar, contra toda lógica y con los cines a medio gas, la segunda parte de 'Padre no hay más que uno', y le salió tan bien (para alegría de todos) que ahora vuelve con otra comedia familiar y refrescante, perfecta para el estío, titulada '¡A todo tren! Destino Asturias', con la que emular el éxito del julio pasado.

Segura (convertido en el Chevy Chase español) repite como esforzado padre, como lo hace también Leo Harlem y algunos de la chavalería de la saga de ese padre en apuros. En esta ocasión, al más puro 'Solo en casa', son un grupo de niños los que se embarcan, sin un adulto responsable, en un tren a la tierra de la sidra. Las aventuras para reencontrarse con ellos nos lo harán pasar bien si no somos muy exigentes. Su director vuelve a confiar en la bondad que nos inunda estando de vacaciones para que seamos magnánimos con su trabajo.

El otro gran estreno que podemos ver esta semana (si los cazas rusos no nos interrumpen) es 'Viuda Negra', una más de la saga de 'Los Vengadores', en esta ocasión dando protagonismo a la vengadora rusa, interpretada por Scarlett Johansson. De todos estos héroes de comic para mí se trata del más humano y más próximo al cine negro y de espías, y por eso esta película es diferente a las otras. Eso es lo que ha permitido a esta franquicia triunfar, al darle su carácter particular a cada película según sea el personaje que la acapara.

La acción, el humor suave y la trama nos recuerdan al mejor 007 y a las de la serie de Jason Bourne. Una película despreocupada y despreocupante, que sabe que tiene un público fiel que esta ávido del universo extendido de Marvel. Lo peor es que Disney insiste en estrenar en salas y en su plataforma a la vez, a pesar de los magros resultados de ingresos y publicidad que eso esta proporcionándole. Lo mejor son los efectos especiales y no tomarse demasiado en serio a sí misma.

Y seguimos con el mundo del espionaje con 'La mujer del espía' (no es una biografía de la señora de Villarejo), un film japonés que transcurre en los años treinta. Nos acerca a la historia de un matrimonio cuyo marido es acusado de ser un agente exterior que ataca al gobierno militarista nipón, justo en los albores de la Segunda Guerra Mundial, cuando descubre un terrible secreto.

No es propiamente una del género de espionaje, sino más bien un drama introspectivo sobre los límites del compromiso moral y amoroso, con gotas de intriga criminal. Los protagonistas entran en una trama kafkiana al enfrentarse a la estructura de su opresivo gobierno, que les sumerge en un estado aún más desesperado que el de un ateo implorando al cielo.

Para celebrar los cien años del Partido Comunista Chino, (ejemplar institución en cuanto a respeto a los Derechos Humanos), nos llega desde la cuna de todo eso, Rusia, 'Queridos camaradas' (título que parece de una de Don Camilo). Rodada en glorioso blanco y negro para mejor reflejar la grisura de la dictadura del Politburó.

Basada en un hecho real, una huelga obrera reprimida brutalmente que tuvo lugar en los sesenta en la URSS, aquí se usa la búsqueda de una madre de su hija desaparecida en el tumulto como el catalizador de toda la historia. Ha sido recibida con múltiples alabanzas en todos los festivales donde se ha proyectado (yo de esos programadores vigilaría el té que bebiera).

El cine es seguro. Que tengamos una semana de cine.

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