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Con 'Una madre de película', Toni Acosta debuta en solitario encima del escenario. Despliega sobre las tablas un absoluto recital de talento, muestra de su ... acreditada trayectoria actoral, para dar vida a la historia creada por Juan Carlos Rubio. Ambos se juntan para emprender una aventura teatral que derrocha naturalidad, frescura y cuidado al detalle.
Cuándo Sábado, a las 20 horas.
Dónde Teatro Concha Segura, Yecla.
Cuánto Entradas: 13, 15 y 18 euros.
En esta historia de 80 minutos, Toni Acosta es Eva María, una madre que vive sola después de que su hijo se haya ido de casa. A las tantas de la madrugada, la mujer ha recibido un tajante mensaje de Alejandro, su único y adorado hijo: debe entrar en su habitación y buscar en un cajón cerrado con un candado un documento que necesita con urgencia para la universidad americana en la que estudia: «Ya, ahora, sin perder un instante». Alejandro, que conoce muy bien a su madre, le advierte de que no caiga en la humana y maternal tentación de hurgar en sus cosas aprovechando la ocasión.
Eva María promete a su hijo cumplir a rajatable su cometido, pero una vez inmersa en el encargo... ¿quién está libre de pecado? Y es que ella, que es muy cinéfila, es consciente de que 'La tentación vive arriba' o quizás al fondo del cajón secreto de su hijo. El recuerdo de su vida y la visión de ese provocador nido vacío harán deslizarse a Eva María por una emocionante y divertida espiral, transformando su cotidiana realidad en una auténtica aventura de película.
A Juan Carlos Rubio no le costó mucho idear la trama. Una llamada de Toni Acosta es todo lo que necesitó para emprender este proyecto producido por Pentación Espectáculos. La misión era escribir y dirigir un monólogo para la actriz, «cómica y trágica a partes iguales, magnética, certera y con una luz especial que regala verdad a raudales», define el dramaturgo. Ella misma sugirió el tema de la obra, uno que nos toca a todos de cerca de una u otra manera: el nido vacío, ese irremediable y temido momento en que los hijos echan a volar y a los padres les toca lidiar con una ausencia y unos miedos que la presencia de sus retoños había desdibujado.
«No todos somos madres o padres, pero todos somos hijos», afirma Rubio, que recuerda su propia experiencia cuando se marchó a Londres con tan solo 19 años y sus padres se enfrentaron a una casa vacía: «De seis hijos a cero es una frenada en toda regla». De esos tiempos recuerda las conversaciones con su madre, el profundo calado que dejó su ausencia, el dolor y el humor. Con ello, la obra cuenta la anécdota, pero también se adentra en las arenas movedizas de la condición humana: sueños, frustraciones, miedos y risas.
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