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El pintor José María Falgas en la sala de exposiciones de La Glorieta, en Murcia, junto a sus obras. vicente vicéns / agm
José María Falgas: «Sigo viviendo del caballete»

José María Falgas: «Sigo viviendo del caballete»

Medio centenar de cuadros repasan la labor creativa del veterano pintor murciano en una amplia muestra retrospectiva

Viernes, 28 de diciembre 2018, 22:42

Hay algo, «no sé el qué», reconoce el pintor murciano José María Falgas (1929), «que tira de uno» y le ancla a la ciudad de Murcia. Algo, dice el artista, «invisible en la superficie», pero real. Y es quizá ese 'algo' el que ha marcado gran parte de su obra y el que vertebra la exposición que desde hace apenas una semana se puede disfrutar en la sala de exposiciones de La Glorieta, en el Ayuntamiento de la capital, bajo el título 'Desde Murcia mediterránea'.

Se trata de una muestra retrospectiva compuesta por medio centenar de obras seleccionadas por el propio artista con la ayuda del comisario de la exposición, Enrique Ros. Se podrá ver hasta finales de febrero y en torno a ella está previsto, confirma el propio artista, que se realicen diversas actividades culturales, tales como mesas redondas, actuaciones musicales, e incluso pequeñas representaciones teatrales. La muestra, añade Falgas, es un recorrido por toda su obra que incorporará algunos cambios -se sustituirán algunos de los cuadros en exhibición- una vez pasado el primer mes de exposición con el fin de «dar a conocer una visión más completa de mi obra», afirma el pintor, interesado en que el público reciba su trabajo «con agrado, como ya lo está haciendo, y con la satisfacción de que lo que ven es cierto».

'Desde Murcia mediterránea', José María Falgas

  • Dónde Sala de exposiciones de La Glorieta, en el Ayuntamiento de Murcia.

  • Cuándo: Hasta el 28 de febrero.

«Yo -cuenta Falgas, aún pendiente de cómo trasladar el color a un lienzo en blanco: «Sigo viviendo del caballete», afirma- retrato el mundo que me rodea, me alejo de adaptaciones, salvo de aquellas de carácter técnico que me gustan, como lo abstracto, que lo practico, pero dentro de un contenido real».

Son retratos, paisajes y escenas costumbristas las que describen, principalmente, su trabajo. Y las que se exhiben en la sala de La Glorieta. «Mi trayectoria -apunta el creador- se ha caracterizado por una relación directa con las corrientes artísticas del momento, teniendo muy en cuenta mi formación clásica y partiendo de mis raíces murcianas. Mi andadura comenzó en el año 45 y se prolonga hasta el día de hoy. Tengo 89 años pero sigo pintando como el primer día, con la misma ilusión, porque el arte es una forma de vivir, una comunicación directa con lo espiritual y eso siempre permanece», asegura Falgas, convencido, además, de que «la vida te trata según como tú la hayas tratado a ella, y en ese sentido -cuenta- yo la he tratado bien, haciendo deporte y manteniendo un equilibrio de emociones».

Ciudad generosa

'Desde Murcia mediterránea', dice el pintor, es un homenaje a su persona de la propia ciudad, una «ciudad generosa», describe, que también lo ha sido con él al nombrarle hijo predilecto y ponerle su nombre a una plaza, pero también al «reconocer públicamente» su trabajo con esta exposición.

«He vivido en muchos lugares del extranjero: en Nueva York, en Moscú, en Viena, en París, en Florencia; y me quedo con Murcia. Tiene algo misterioso que tira de uno. No sé si es el clima, por mucho que nos parezca extremado en el calor; o si es el paisaje entrañable de la huerta, y del fruto, porque Murcia no es solo huerta, es algo más complejo; pero sí sé que aquí estoy más a gusto que en todos los lugares que he nombrado», apunta Falgas.

Sabedor, aunque «no consciente» de su talento para la creación -el arte, asegura, «nace con uno»-, Falgas cambió las armas -quería ser militar- por los pinceles tras una reveladora visita al Museo del Prado, en Madrid. Aquello, cuenta, «cambió mi ruta», aunque lo que entonces propició su interés, de alguna forma, cree Falgas, también está presente en sus cuadros. Habla del «riesgo y la disciplina, cualidades que he incorporado a mi vida artística. Al final, te enfrentas a un cuadro en blanco que tienes que llenar con ideas, y puedes acertar o no. Ahí está el riesgo de fracasar o de equivocarte», relata.

Cuando empezó, lleva la vista hacia atrás, «la descarga de ilusión» que vivía «era tan fantástica que hacía que sintiera lo que estaba haciendo como algo irrepetible; después, cuando hice de mi actividad una profesión, experimenté una línea de conducta más serena y menos emocionante, menos propicia a tomar berrinches». Cada etapa, añade, ha tenido sus singularidades, y todas ellas están reflejadas en esta exposición retrospectiva en la que hay óleos y acuarelas.

Pintor de papas, presidentes de república e incluso reyes -ha retratado al Rey Emérito Don Juan Carlos y al Rey actual, Felipe VI-, para Falgas, la pintura ha supuesto en su vida «una satisfacción personal» al permitirle «hacer lo que me gusta», un trabajo, dice, «muy agradecido» que, además, le ha puesto en contacto con mundos tan dispares como el de la política y el arte.

Alma viajera e incansable

José María Falgas ofrece una muestra de sus más de 70 años de trayectoria pictórica, en la que ha llevado a sus obras la impronta de nuestra cultura mediterránea, la leyenda, el paisaje, sus gentes y todo aquello que hace historia en un lugar. Es la luz y la belleza misma percibida y llevada a sus cuadros. Unos sentimientos arraigados en el corazón de este murciano universal que con su alma viajera y una incansable ilusión, unida a su técnica aplicada especialmente en los retratos a acuarela, ha conseguido ofrecernos unos resultados de una altura muy pocas veces alcanzada.

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