![Rayden: «Ahora soy dueño de mi relato»](https://s2.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2023/11/16/raiden-kZEB--1200x840@La%20Verdad.jpg)
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Y se acabó. Bueno, más o menos. El pasado mes de marzo, Rayden anunció que se despedía de la música tras más de veinte años de carrera con un último disco, el notabilísimo 'La victoria imposible', y una gira con la que regresa este fin ... de semana a la ciudad de Murcia. Sin embargo, la letra pequeña de este adiós señala que el madrileño continuará ligado al oficio de contar historias entre melodías y tinta como productor, mánager y compositor, tareas que combinará con su no menos triunfal faceta como escritor. En definitiva, el sudor del escenario y el desafío del micrófono se verán sustituidos por la inmensidad del folio en blanco, las tensiones de los despachos y la caza de la inspiración. Nos quedamos sin Rayden, pero ganamos a David Martínez, el hombre que habita bajo los ropajes de un artista que ha disfrutado como pocos del viaje. Charlamos con él.
Cuándo Sábado, a las 22.00 horas.
Dónde Sala Mamba. Murcia.
Cuánto Entradas agotadas.
–Un adiós suele ser fugaz en el mismo momento en el que sucede. Partiendo de esta idea, ¿cómo se vive una despedida sostenida durante meses?
–Es como una emoción que se va expandiendo poco a poco y una forma muy bonita de estar en carne viva durante todos los conciertos. Como bien dices, las despedidas suelen ser inmediatas, pero, en este caso, es una especie de duelo que contiene muchas fases. Y yo estoy viviendo todas a la vez: la negación, aceptación, depresión...
–Recuerdo que, cuando anunció su retirada, confesó que tenía una sensación de libertad. Varios meses después, ¿han entrado algunas emociones más con fuerza destacada en la ecuación?
–Además de la liberación total, que se mantiene, lo que siento ahora es que soy dueño de mi propio relato, que creo que lo había perdido y ha vuelto a mí. También noto esa nostalgia y tristeza que explica lo importante que es este paso para mí.
–¿Cómo fue el proceso de concentrar toda una carrera en un único repertorio?
–Es complicado porque siempre te vas a dejar canciones en el tintero. De hecho, es curioso, porque basta que no toques un tema para que sea justo el que mucha gente quería escuchar, pero al final se trata de contar algo y mandar un mensaje. Lo que busco es que todo el mundo sienta lo mismo y haya una especie de catarsis final tras experimentar una montaña rusa de emociones. Además, creo que cuando el emisor y el público se muestran completamente abiertos, como está sucediendo en estos conciertos de despedida, es más sencillo que se produzca esa sincronía emocional.
–Si alguna vez hubiera soñado con una despedida en forma de disco, ¿hasta qué punto se parecería a 'La victoria imposible'?
–Recuerdo que, cuando estaba trabajando en una tienda de ropa, supe la manera en la que quería que fuese mi estilo al escuchar un remix de Amy Winehouse y Ghostface Killah en el que había soul, blues, folk y rap. Me motivó muchísimo esa fusión. Cuando escribí 'Llanto' con Travis Bird sentí que por fin había llegado a sonar de la forma en la que siempre había querido. Sí, 'La victoria imposible' es el disco que soñaba hacer como despedida. Es bonito saber decir adiós sin tener que vivir de las rentas.
–Este trabajo es también la enésima demostración de lo mucho que disfruta saliendo de su zona de confort. En ese sentido, ¿hay algún estilo musical que se arrepienta de no haber probado en su carrera?
–Al revés, creo que me he pasado coqueteando con los géneros. Si tuviera que dar un consejo a algún artista sería que no intentara experimentar tanto y se enfocara en lo que crea que es bueno. En mi caso, tengo la enorme suerte de tener un público increíble, pero estoy seguro de que las personas que me siguen se santiguaban cada vez que sacaba una canción o un disco por miedo a lo que podría sonar (risas).
–Usted le ha dado a la música grandes canciones y discos, directos entusiastas y, sobre todo, una manera tremendamente honesta de entender su oficio. Mirándolo desde el otro lado, ¿qué es lo más valioso que ha recibido a cambio?
–La música me ha dado todo. Un lugar en el que sentirme querido, válido y útil. Una excusa para juntarme con mis mejores amigos, recorrer kilómetros y sufrir desfases horarios. La oportunidad de conocer historias increíbles. Y poder ver la mirada de orgullo de mi hijo cuando le preguntan a qué se dedica su padre.
–Aunque ya había escrito varias obras, ¿tuvo un peso fundamental en la decisión de aparcar su trayectoria musical el trabajo en su primera novela?
–Sí, otra de las motivaciones para tomar esta decisión fue la sensación de vocación orgánica que tuve con esta novela. Fue algo que nunca había sentido en la música, que es un terreno en el que empecé como una afición compartida con amigos. En el caso de la literatura, siento un picor y un nervio especial por dibujar personajes y mostrar y desarrollar conflictos. Y no es algo que me haya ocurrido solamente con la primera novela, también ha sucedido con la segunda, que ya está terminada y saldrá el próximo mes de enero.
–¿Cómo le gustaría que recordaran su figura artística?
–Como un puente. La mayoría de éxitos actuales son colaboraciones entre distintos géneros y yo fui uno de los precursores en España de unir estilos muy diferentes entre sí. Me gustaría que me recordaran como una persona que intentó juntar a grandes artistas y bandas para demostrar que el escenario está para ser compartido y no para competir.
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