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Resulta imposible calcular las ocasiones en las que ha saltado por los aires la expresión que afirma que segundas partes nunca fueron buenas. Por poner ... ejemplos musicales, ahí están secuelas discográficas tan soberbias como 'Nevermind' de Nirvana; 'The Freewheelin' de Bob Dylan; 'Doolittle' de los Pixies; 'Salitre 48' de Quique González; o, ya hemos llegado, 'Cuatro chavales' de Carolina Durante. Y es que, tras su aclamado debut homónimo de 2019, la formación madrileña regresó con un trabajo que servía para derrotar expectativas, listones y dudas. Un disco que, manteniendo el mismo espíritu, supo aportar una mayor sensación de entrega, pasión y entusiasmo. De la revelación a la confirmación. Charlamos con su vocalista, Diego Ibáñez.
Hoy, a las 21.30 horas Sala Mamba. Murcia
Precio 19€
Completa La Paloma
–Casi un año después de la publicación de 'Cuatro chavales', ¿de qué manera se han asentado los temas del disco en el directo?
–Creo que han caído muy bien. Si hubiésemos tenido que sacar conclusiones acerca del disco basándonos exclusivamente en reproducciones cuando salió, que era la única manera posible en aquel momento, te hubiese dicho que era un bien, sin más. Y que el primero había salido mejor, ya te lo digo (risas). Ahora, fijándome en los directos y la manera en la que la peña canta estas canciones, te digo que me flipa.
–¿Sintieron una presión especial por la manera tan entusiasta en la que había sido recibido su debut?
–Había presión con este disco, sin duda, pero no tengo claro cuánta procedía de fuera y cuánta de nosotros mismos. Yo quería hacer un segundo trabajo que fuese superior al primero, así que mi presión personal venía de una autoexigencia que estaba más allá de las opiniones externas.
–¿Hasta qué punto el humor es un elemento importante para la banda a la hora de mantener los pies en el suelo?
–El sentido del humor es importante en todos los aspectos de la vida. Y también en el grupo, claro. Si me hubiese tomado en serio lo que se dijo sobre nosotros cuando salimos, me estaría pegando un tiro ahora mismo. Recuerdo que decían que éramos la banda de la generación y que escribíamos himnos. ¿Cómo que himnos? ¡Si es una canción que acaba de salir! Seríamos unos auténticos capullos si creyéramos todo lo que se comentó y se sigue comentando sobre la banda.
–Ahora que lo comenta, ¿por qué cree que existe ese interés tan alto en buscar voces o figuras destacadas para su generación?
–Hablar de una forma extrema sobre las cosas genera 'clickbait'. Es una manera de querer llamar la atención. Siempre ha sido así y, en algunas ocasiones, me parece bien y hasta me hace mucha gracia. Por ejemplo, sucede en el fútbol, un tema donde se exagera tanto que al final tiene algo de poético. Eso sí, hay un punto en el que ya es demasiado. Cuando se habla constantemente en grande de lo mínimo ocurre que nada es creíble.
–Saltamos al directo. La manera en la que se desenvuelve en el escenario es brutal. ¿Cómo es el momento después del concierto? ¿Le cuesta recuperarse?
–Soy muy autoexigente. Hemos tenido que dar un concierto perfecto para que termine contento y sienta también alivio. Pero hay muchas veces que salgo enfadado y tiene que ver, en la inmensa mayoría de ocasiones, conmigo mismo. Es una movida personal en la que tengo que mejorar, aprender a calmarme y ver más la parte positiva que la negativa, cosas malas que muchas veces percibo solamente yo. También me da mucha rabia cuando quiero seguir en el escenario y no puedo. Recuerdo que en nuestro segundo verano como grupo salía de todos los conciertos y rompía a llorar, incluso de alegría en algunos casos. Es que hay un punto de contención muy grande.
–Son una banda que no ha parado de publicar canciones desde el principio. ¿Tienen pensado seguir con este ritmo trepidante de trabajo?
–No pienso que seamos demasiado prolíficos. Y tengo claro que no somos demasiado trabajadores (risas). La idea después del próximo verano es parar y no hacer conciertos hasta 2024. No te voy a vender esta movida como un retiro como hace muchísima gente ahora y me da una rabia que flipas, ¿eh? No te retiras un tiempo, loco, haces lo que hacen todos los grupos: creas un disco, lo giras, paras, creas otro disco y así. Me toca los cojones que cada movimiento de un grupo se tenga que vender de alguna manera. Así que, dentro de un tiempo, pararemos de tocar para componer otro disco.
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