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Casi mil piezas de distintas épocas y procedencias muestran el daño irreparable que el expolio ha causado a lo largo de varias décadas en los ... yacimientos arqueológicos de la Región. Su rastro es una huella de vacío, un vestigio de la información que se ha perdido con cada pieza sustraída de forma clandestina. Lo explica bien Luis Enrique de Miquel, director del Museo Arqueológico de Murcia (MAM), con motivo de la exposición 'Luchando contra el expolio' que la sala temporal del espacio murciano acoge hasta el mes de diciembre: «Cuando se agujerea el suelo y se rompen sus estratos sin el cuidado de un arqueólogo ya no se puede hacer historia», afirma tajante el responsable.
Dónde: Museo Arqueológico de Murcia.
Horario: De martes a viernes, de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas; sábados, de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas; y domingos, de 11.00 a 14.00 horas. Hasta diciembre.
Visitas guiadas: Previa reserva en el teléfono 968 23 46 02. Máximo seis personas.
'Luchando contra el expolio' es, reconoce De Miquel, «una exposición atípica», distinta a las que suele acoger su museo. Más que a la exhibición, está orientada a «la concienciación»: «El expolio es un problema y aquí, de lo que se trata, es de explicar el porqué», añade.
La exposición, conformada por pequeñas y grandes piezas de piedra, cerámica, vidrio, bronce, oro y otros materiales de época argárica, islámica, ibérica y romana, entre otras, se divide en seis apartados. El primero de ellos es una introducción a la definición de patrimonio cultural, y en concreto al concepto de patrimonio arqueológico, «más expuesto al expolio», cree De Miquel, «al estar oculto bajo tierra y diseminado». La sección también contempla un repaso por el marco legal de protección que tanto el Estado como la Comunidad de Murcia han otorgado desde 1931 a los bienes culturales patrimoniales.
Esta breve introducción da paso al segundo de los apartados de la muestra: 'Arqueología versus expolio'. En él se puede observar el daño que ocasiona en un yacimiento una excavación clandestina, a través de una doble maqueta que reproduce la huella en el terreno de un trabajo arqueológico y de una topera, nombre con el que se conoce a las perforaciones ilegales.
Pero el expolio, aclara De Miquel, no solo se produce bajo tierra, sino también en los fondos marinos. La extracción de ánforas, anclas o incluso lingotes de plomo empleados como lastre altera el estudio de los barcos, y con ello, la historia que estos pueden narrar.
La muestra en el Arqueológico expone varias ánforas y vasijas extraídas del agua de forma ilegal. Tanto estas como el resto de piezas que se exhiben proceden de decomisos realizados en los últimos años por la Guardia Civil en distintas operaciones. Se trata de piezas, apunta De Miquel, «inéditas», puesto que se exponen por primera vez.
Junto a ellas, la propuesta expositiva también recoge varios detectores de metales con el objeto de visibilizar el daño que estos ocasionan: «Suponen un problema grave, porque con mucho menos esfuerzo permiten un expolio mayor», señala el responsable del MAM.
El tercero de los apartados de la exposición pone de relieve, a través de paneles explicativos y otras piezas recuperadas, el trabajo realizado por los efectivos de la Guardia Civil contra el coleccionismo ilegal de bienes arqueológicos y su tráfico en el mercado negro. Desde 2014, en la Región se han desarrollado un total de 26 operaciones.
El recorrido propuesto por el MAM continúa con el espacio titulado 'Las secuelas del delito'. De las piezas que se consiguen recuperar, destaca De Miquel, solo un 10% conservan información acerca de su procedencia. Con el expolio «se pierden muchos datos que ya no se pueden conocer», señala a LA VERDAD.
Las restauraciones que los ladrones del patrimonio realizan en las piezas que extraen sin atender criterios científicos también modifican su huella histórica y dificultan el estudio. Ejemplos de estas prácticas son visibles en este cuarto apartado de la exposición, antesala de '¿Verdadero o falso?', espacio que el museo otorga, dentro de la muestra, a las copias de piezas originales. Sobre muchas de ellas, pendientes de nuevos estudios que aporten más luz a su 'recorrido vital', planea la duda de su autenticidad.
El último de los apartados es una amplia muestra del patrimonio recuperado: cientos de piezas que destacan por su singularidad, belleza y misterio.
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