Pepe Viyuela lidera la retórica de Aristófanes

Su crítica sin tapujos a la escuela socrática construye una trama que, veinte siglos después, sigue estando de plena actualidad: las complicadas e inagotables relaciones entre padres e hijos. Para ello se presentan en escena Pepe y Samuel Viyuela, que aprovechan su parentesco para meterse en los papeles del padre e hijo de la ficción. El resto del elenco lo conforman Mariano Peña, Cristina Almazán, Paqui Montoya, Amparo Marín, Manuel Monteagudo y Moncho Sánchez-Dierma.

La historia es sencilla y arranca con Estrepsíades, un hombre camino de la ruina por culpa de las deudas del holgazán de su hijo que decide apuntarse en la escuela de Sócrates para aprender retórica. Quiere convencer a sus acreedores de que, en realidad, no les debe nada. Ante su incapacidad para los estudios, también obliga a su hijo a tomar clases de retórica junto a él y este aprende tan bien y tan rápido que le hará la vida imposible.

Siempre manteniendo el espíritu de Aristófanes, esta versión desarticula el texto original, mezclándolo, recortándolo y modificándolo; introduciendo nuevos personajes, tramas y chistes; añadiendo canciones y bromas incomprensibles con las que ganarse al público: «Hemos inventado problemas teatrales, nos hemos reído de nosotros mismos y lo hemos sazonado todo con unas ganas inagotables de que el público recuerde esta función como la mejor noche de su vida».

El resultado es «una adaptación tan gamberra como lo fue en su época 'Las nubes'». La acción se sitúa a pocos días de la inauguración del teatro de Augusta Emérita, la actual Mérida, un auditorio romano que se va a inaugurar con una obra griega. Con este planteamiento «se apuesta por el 'teatro dentro del teatro', lo que nos permite ironizar sobre una profesión en la que las cosas no han cambiado mucho en los últimos veinte años», explican desde la productora, Teatro Clásico de Mérida.