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Esta semana encontrar un hilo conductor para recomendaros películas es fácil. El miércoles hizo cuarenta años que murió Alfred Hitchcock, sinónimo de suspense, director que está indiscutiblemente en todas las listas de los mejores, y que logró hacer cine de autor cuando eso ni existía (y al que le gustaban más las rubias que a Trump un tuit desaforado).
Aniversario perfecto para esta situación en que todos nos hemos convertido en el voyeur de 'La ventana indiscreta' (1954), en la que cuando nos encontramos con alguien que tose tenemos 'La sombra de una duda' (1943), y proyectamos la 'Sospecha' (1941) sobre cualquiera que no lleve guantes. Porque estas semanas nos sentimos 'Con la muerte en los talones' (1959), en un 'Frenesí' (1972), como si fuéramos figurantes prescindibles en mitad de 'La trama' (1976) que protagoniza un virus, empeñado en hacer el 'Crimen perfecto' (1954) con toda la humanidad.
Estando 'Encadenados' (1946) en casa, algunos han descubierto que los hijos adolescentes son sus 'Extraños en un tren' (1951), que nuestras parejas pueden ser la mujer o 'El hombre que sabía demasiado' (1934 y 1956), dándonos 'Vértigo' (1958) el descubrir que la máxima distracción es subir los '39 escalones' (1935) y arreglar el trastero. Al final, nuestro único consuelo es hacer 'Sabotaje' (1936) a la realidad, pensar en lo que antes de todo esto hacíamos, y decirnos: 'Recuerda' (1945).
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Lo bueno es que hemos empezado la descompresión. Y lo hicimos con la misma precaución que Tippi Hedren sale de la casa en 'Los pájaros' (1963). El domingo los niños ocuparon las calles, dejando de ser nuestra ciudades un escenario de 'Hijos de los hombres' (2006), esa indiscutible joya, donde las mujeres eran estériles. Armados con el BOE en lugar de látigo, algún político se ha creído el Indiana Jones de 'El templo maldito' (1984), que devolvía al final de la cinta (perdón por el spoiler) a la aldea india a los niños secuestrados por los malvados Thugs. Eran infantes que salieron a pasear más aleccionados que un cadete de West Point en 'Cuna de héroes' (1955).
Estamos a un paso de dejar de sentirnos tan a la deriva como los que habitaban aquella balsa que montó Hitchcock en 'Naufragos' (1944), o como Pi y su tigre en 'Vida de Pi' (2012). En nada dejaremos de vivir sobre una columna en medio del desierto, como aquel loco en la de Buñuel 'Simón del desierto' (1965). Abandonaremos la nave en la que Tarkovsky nos embarcó en 'Solaris' (1972). Dejaremos de sentirnos secuestrados, como si estuviéramos en el hotel de 'Cayo Largo' (1948) en manos del malvado Edward G. Robinson, esperando que el bueno de Bogart nos saque del embrollo.
Se acerca el momento en que las azoteas dejen de ser pistas de entrenamiento, más adecuadas para los tiempos de 'Carros de fuego' (1981), donde los proto-deportistas de comienzos del siglo XX fumaban y saltaban vallas en cuyo filo guardaban el equilibrio copas de champan. Nos quitaremos las mascarillas para descubrir bajo ellas la cínica sonrisa de la sobrevaloradísima 'Joker' (2019), o la de Julia Roberts (una sonrisa que ilumina la noche más oscura) en cualquiera de sus películas.
Así que nos queda poco tiempo de esta anormal normalidad, de recibir memes sobre las fases, de usar el sofá como butaca de cine y ver películas en el DVD rescatado del polvo. Mi consejo es que planifiquemos lo poco que queda, y empecemos a ser selectivos.
Por eso hoy os recomiendo, especialmente a los cinéfagos como yo, una iniciativa de Filmin llamada 'The Filmin Times', una original forma de recorrer la historia del cine del Viejo Continente. No os arrepentiréis, y se aprende bastante.
Que tengáis una fase 0 y una semana, sin cines, de cine.
Series para ver en el confinamiento. Parte VII. Teniendo en cuenta que el tiempo libre se nos va a encoger, debemos aprovechar para ver series de pocos episodios o de capítulos de poca duración. Tres de las mejores las encontraréis en HBO, y retratan hechos históricos pero con rasgos de grandes obras. Una es 'Chernobyl', impresionante retrato de aquel accidente nuclear. Las otras dos son mellizas, y nos hacen viajar a la Segunda Guerra Mundial con un relato humano de primer nivel: 'Hermanos de sangre' y 'Pacifico'.
Si queréis seguir con adaptaciones de hechos pasados, en Netflix tenéis 'El espía', una muy interesante aproximación a las tensiones en oriente medio, y en 'La voz más alta', que se puede ver en Movistar, gozaréis con la caída del creador de Fox News por acoso a mujeres. Pero si lo que os va es el desmelene desacomplejado, las tres temporadas de 'La casa las flores', con episodios que duran un suspiro, os harán divertiros de lo lindo, aunque olvidéis cancelar el mariachi (si la veis, entenderéis esa referencia).
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