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El mes de julio nos ha llegado con uno de los grandes estrenos del verano, aunque sea uno que me genera un rechazo casi genético. Hablo de 'Fast and furious 9', última entrega de una saga que ya ha recaudado más de seis mil millones de dólares en taquilla (motivo más que suficiente para que les importe bien poco que a mí no me guste).
Y también es un factor para hacer otro capítulo de este serial sobre coches tuneados, delincuentes de corazón de oro, violencia estilizada, tías buenas, tíos cachas y peripecias acrobáticas. En esta ocasión la banda liderada por Vin Diesel (tan inexpresivo como una pared medianera), vuelve a reunirse a pesar de estar retirados, pero no para evitar que les bajen la pensión, sino para enfrentarse a la némesis del calvorota protagonista, su propio y malvado hermano (las nochebuenas juntos tienen que ser como estar en Siria).
Película de esas de «sujétame la copa», y donde uno no para de decir incrédulo «sí, anda». Tiros y coches a todo lo que da la mata para hacer las delicias de los poligoneros y las chonis, pero no sólo de ellos. La oculta alma macarra de muchos la disfrutará. Se busca pasar un buen rato con sobredosis de acción bien rodada y sin preocuparse. Nada aconsejable para los que no sabemos cuántos pilotos se encienden en nuestro coche.
Y seguimos con delincuentes, que esto parece un programa de José Luis Moreno. Un thriller español titulado 'Hombre muerto no sabe vivir', que cuenta con un excelente reparto que sabe sacar su lado oscuro para reflejar la parte negra de nuestra sociedad.
Violencia a lo 'Reservoir Dogs' (1992) al servicio de una trama de hampones, con su propio código de normas, que no es bueno que nadie se salte. La historia resulta demasiado abigarrada, con giros no sólo inesperados sino innecesarios, que ni siquiera el buen trabajo del elenco actoral y del prodigioso Antonio Dechent (en las antípodas de sus habituales papeles cómicos) logra poner a salvo. Como curiosidad os diré que os fijéis bien y daréis con el guapo Jesús Castro, que hace años iba para galán arrebatador del cine español y que se nos ha quedado para vestir santos.
La argentina 'El robo del siglo', a pesar de su procedencia, no es un documental sobre la historia del Peronismo. Es una comedia de atracos imposibles y ladrones enternecedores. Diego Peretti y Guillermo Francella ponen su enorme talento para el humor ácido al servicio de una película basada en un caso real.
Evidentemente el caso real fue el asalto sin dejar huellas a un banco argentino. La preparación del atraco, el reclutamiento de los integrantes de la banda, la forma de solventar las sorpresas y el engaño a la policía, es lo que nos va desgranando el director, siempre cumpliendo con las normas del género, pero con algún aliciente más. El gran acierto es hacer que nos identifiquemos los espectadores con los atracadores (vamos a ser infieles a 'La casa de papel').
La francesa 'Las cosas que decimos, las cosas que hacemos' (auténtico lema de todos los partidos políticos) es una película rara. Si os digo que el argumento principal es el encuentro entre una mujer embarazada que viven en la campiña francesa, cuyo marido está ausente, y que inicia un amoroso acercamiento a un hombre de fuera, vosotros pensareis que estamos ante un 'Los puentes de Madison' (1995) con sabor a Camembert.
Sin embargo lo que veremos será una película muy coral donde la monogamia es sólo una sugerencia, más próximas a las españolas 'Se infiel y no mires con quien' (1985) o la reciente 'Poliamor para principiantes'. Todo, eso sí, con los diálogos largos y las disquisiciones profundas típicas del cine galo. Yo diría que se esfuerza en ser una de Eric Rhomer (uno de mis realizadores franceses favoritos) para principiantes.
Teniendo a los niños en expectativa de destino vacacional, muchos padres y abuelos agradecerán el estreno de 'Cuatro chicos y esto', película británica de fantasía dirigida expresamente al público infantil.
Una familia que va a pasar unos días a la playa se encuentra a un ente bastante raro (podían haberse gastado un poco más en los efectos especiales), una especie de genio de la lámpara pero que al materializar los deseos que le piden hace que todo se complique. Ya sabéis lo que se dice, cuando los dioses quieren castigarnos nos conceden nuestros sueños (fijaros en los indultados).
El cine es seguro. Que tengamos una semana de cine.
Lo peor de la semana: la tardanza en aprobar (un año entero se ha retrasado) las ayudas para los sectores culturales por la Covid. Nuestro Parlamento llega tarde.
Lo mejor de la semana: el premio a la serie 'Veneno'. Los Javis no son tan buenos como se creen, pero pueden llegar a serlo. Mimbres tienen para ello.
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