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Mientras esperamos al nuevo capataz de la Casa Blanca se da la paradoja que por primera vez en años no hay hoy ningún estreno de Estados Unidos. Hollywood sigue acobardado por la pandemia, como Trump ante el voto por correo.
Blanca Suarez y Javier Rey protagonizan 'El verano que vivimos', una novela rosa pero con toque chic. Aquí ella es una bella mujer a la que se disputan dos hombres en medio del mundo de los vinos de Jerez, por los años cincuenta del pasado siglo.
Este drama romántico es una producción de Tiffany para una historia de Cash Converter, que sustituye la África ecuatorial de 'Palmeras en la nieve' (2015) por la Andalucía a lo 'Falcon Crest'. Película cómoda de ver que adolece de un fallo rotundo, y es que los dos insulsos galanes no están a la altura de la chica que pretenden, lo que resta credibilidad a todo el montaje (eso ya pasaba con el soseras por el que se peleaban Julia Roberts y Cameron Diaz en 'La boda de mi mejor amigo' (1997)).
De vez en cuando los franceses se fijan en su historia y nos presentan alguna película de época bien hecha, pero con el alma de lenguado congelado de Biden. Eso es lo que pasa con 'El palacio ideal', basada en hechos reales, sobre un cartero que a finales del siglo XIX empezó a construir un ecléctico remedo de palacio con todo tipo de materiales que encontraba. Los inconvenientes sociales y familiares, y la indagación sobre la motivación última de este hombre, no logra conmovernos ni un poco, sobre todo por la rapidez con que cuenta todo sin detenerse en nada.
La siguiente es una obra de teatro llevada al cine, una especie de 'Resacón en Las Vegas' (2009), pasado por el filtro del empoderamiento femenino con toques existencialistas. 'Enjambre' es todo eso, aunque pretende ser una comedia española de mujeres, dirigida y protagonizada por mujeres.
Un grupo de amigas se reúne para celebrar la despedida de soltera de una de ellas. Pero esa experiencia les hace sacar los trapos sucios y en vez de ser una juerga, se convierte en un aquelarre catártico (si es que, si llevas a un bebé a una despedida de soltera, eso no es una despedida de soltera, es una fiesta de pijamas).
Aún me queda por hablar de otras dos películas, pero siento deciros que podéis dejar ya de leer si albergáis alguna esperanza de que os vaya a hablar de algo que os haga acudir en masa a las salas a comer palomitas.
La primera es 'Sole', que llega con prestigio festivalero. Película italiana (que parece rumana) que relata con frialdad una historia heladora y con una composición de personajes igualmente gélidos. La historia es la de una chica polaca que llega a la península transalpina a vender a su hijo a un matrimonio, que queda al cuidado del sobrino de ellos, y con el que establece una relación amistosa. Los que padezcan del corazón pueden verla sin peligro, no van a tener sobresaltos por el ritmo trepidante.
La última es un muy meritorio film marroquí titulado 'Adam'. Una chica soltera embarazada (otra, esto parece la maternidad de un hospital) encuentra cobijo en la aparente rigidez de una mujer dura pero justa, que la acoge en su casa. La amistad ente ellas surge y hace muy interesante la película, que está extraordinariamente bien contada.
Y para los que no os seduzca ninguna y tengáis mono de política estadounidense voy a dejaros unas cuantas joyas que deberéis ver sobre el tema. La primera es la sólida y transgresora 'Tempestad sobre Whasington'(1962), donde puedes aprender todos los rudimentos políticos del otro lado del Atlántico; para las triquiñuelas electorales tenéis la reciente 'Los idus de marzo' (2011), que no es tan inteligente como ella se cree, o 'Primary Colors' (1992), que sí es más de lo que parece; sobre como la política cambia a los que la tocan está el Robert Redford de 'El candidato' (1972); entre los clásicos destacaría la capriana 'Caballero sin espada' (1939) y la olvidada injustamente 'El mejor hombre' (1964); y por último las imprescindibles 'El Presidente y Miss Wade' (1996), y su hija, 'El Ala Oeste de la Casa Blanca' (Amazon Prime), la mejor serie sobre política que se ha hecho nunca.
Que tengáis una semana, y un recuento, de cine.
Lo peor de la semana: la elección de `La trinchera infinita' (que podría ser el leitmotiv de la política española) para representar a España entre los candidatos a los Oscar. O mucho me equivoco o es el caballo equivocado en la carrera errónea.
Lo mejor de la semana: que la muerte de un mito del cine como Sean Connery hiciera reaccionar a las televisiones emitiendo películas suyas. Hasta siempre 007.
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