Mario Casas vuelve con 'No matarás'

Pasar frío al salir por las mañanas, y asarnos cuando volvemos a mediodía, es la confirmación de que estamos en otoño. Lo confirma igual que El Corte Inglés lo haya dicho, que los Plenos del Congreso recuperen el tono de patio de colegio y que las castañas repiqueteen en las sartenes. Antes de la pandemia también empezaba ahora el goteo de películas de «prestigio» para postularse a los premios de la temporada. Esos tiempos han pasado, si no lo creéis mirad los estrenos de hoy.

Mario Casas (otro joven español al que le falta aprender a vocalizar) es una de nuestras estrellas más taquilleras, lo que debe valorarse. Evidentemente no es por sus aptitudes artísticas, bastante cuestionables, sino por sus escenas sin camiseta ni pantalones, que incuestionablemente le quedan muy bien. Así que cuando llega un estreno de él, como el 'No matarás' de este viernes, los exhibidores entran en éxtasis.

Casas interpreta a un buen chico, que está a una mutación de digievolución de transformarse en un hikikomori, al que el mundo real le queda lejos y que ha estado encerrado cuidando a su familia. Pero una noche conoce a una chica que le hará meterse en un montón de problemas. 'Algo salvaje' (1986) a la española pero abandonando el tono de comedia y decantándose por el thriller. Por supuesto el muchacho resulta ser el típico caso de Clark Kent con gafas que se convierte en Superman.

Aunque reconozco que 'Las hijas del Reich' tiene una combinación muy bien proporcionada de espionaje e historia, la película se justifica por la presencia de Judi Dench, una gran dama del teatro británico (y de las películas de James Bond).

Aunque la Segunda Guerra Mundial está muy trillada aún hay hechos que no se han publicitado. En esta película nos narran lo que sucede cuando a un internado de señoritas alemanas en el sur de Inglaterra en 1939, donde acuden las hijas de los gerifaltes del Tercer Reich, llega a trabajar un nuevo profesor. No es un 'Club de los poetas muertos' (1989) sino más bien un 'El ojo de la aguja' (1981). Interesante.

'Crescendo' es una peliculita llena de buenas intenciones. Aunque exuda buenismo por todos los poros, se tolera por la excelente música que la acompaña, lo mínimo que se puede pedir a un film sobre una orquesta de jóvenes.

Jóvenes que proceden de Israel y Palestina, que un director se empeña en juntar para trabajar por la paz a pesar de sus diferencias irreconciliables. Está inspirada en la orquesta que fundó para lo mismo el vitalista director de orquesta Daniel Barenboim (cuando este conflicto aún no estaba pasado de moda). Por favor, si podéis, verla en versión original, el doblaje es como entender a Mario Casas con mascarilla.

'La voz humana' es un proyecto original de Pedro Almodóvar. Sólo su dirección hace que haya recibido la atención de los medios como si fuera un largo, a pesar de ser un cortometraje. Es el primer trabajo rodado en inglés del manchego y lo protagoniza la fría Tilda Swinton (que siempre me ha parecido una Kate Blanchett de boutique).

Basado en una obra de Jean Cocteau, vemos a una mujer abandonada repasando su vida con la única compañía de las maletas de su amante que la ha abandonado. Tenemos el estilismo perfecto, sello Almodóvar, y una interpretación de sobresaliente como sólo ¡¡¡Pedro!!! puede sacar a una mujer. El resto es ver a un trasunto de la Maura de 'Mujeres al borde un ataque de nervios' (1987), pero rubia y sin gazpacho, pasada por el tamiz del existencialismo francés.

Shin Chan es uno de los personajes más insoportables del mundo de la animación infantil (qué ya es decir). Voz hiriente, modales de niño malcriado e historias absurdas, es lo que define a este criajo empeñado en enseñar el trasero en cuanto tiene oportunidad, como si estuviera de despedida de soltero. 'Shin Chan en Australia: tras las esmeraldas verdes', es su encarnación en pantalla grande. A mis sobrinos prohibí verlo en mi presencia, y con razón. A veces se echa de menos a Herodes.

Aprovechad para ir al cine antes de que nos vuelvan a encerrar. Que tengáis una semana de cine.