Loquillo reivindica su corona de rock and roll en Cehegín

Imaginemos la siguiente escena. Loquillo regresa a casa tras una sesión de trabajo en la que ha ido preparando junto a su banda el salto al directo de su último disco, el notable 'Diario de una tregua'. Se sienta en un sillón, se pone una copa y comienza a pensar en posibles nombres para la correspondiente gira de presentación. Tras darle varias vueltas, decide apostar por el título de algunos de sus temas más recientes, barajando distintas opciones hasta caer en los brazos de la evidencia.

Todo el tiempo estuvo ahí, frente a él, en la mismísima apertura de su nuevo trabajo. La canción se llama 'El rey' y, además de ser una de las piezas más memorables de su última etapa discográfica, especialmente fabulosa desde el imperial 'Balmoral' hasta aquí, es el nombre perfecto para regresar a esos escenarios en los que el artista se mueve como pez en el agua más ardiente, como bestia de colmillo afilado, como imponente titán vestido de luto. Sonríe, da el penúltimo trago y se deja mecer por las melodías que surgen de un tocadiscos lejano.

Volvemos a la realidad de este septiembre apresurado donde Loquillo, tras recorrer numerosas ciudades con su espectáculo, llega a Cehegín para celebrar la poesía eléctrica de su presente y los clásicos más grandes de su pasado. La corona ya está lista para la próxima ceremonia musical.

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