Ironman es el Doctor Dolittle

El sábado, en la preciosa ciudad de Málaga, se entregarán los Premios Goya, que ya suman 34 ediciones. La fiesta del cine patrio vuelve a viajar fuera de la capital y puede ser la consagración de Pedro Almodóvar (como si le hiciera falta). Por eso he querido empezar la reseña de este viernes con la película española 'Te quiero, imbécil'.

Quim Gutiérrez hace aquí su habitual papel de alelado al que le viene grande la vida de adulto. En este estreno él es el imbécil (le queda como un guante el papel), sobrepasado por su ex, por su trabajo e incluso por sus padres, que tienen una vida sexual más activa que la suya.

La gracia reside en las pequeñas humillaciones que se autoinflige en su lucha por convertirse en un hombre moderno, triunfador y (no nos engañemos) una maquina sexual. En realidad todo eso no es más que la excusa para plantearnos una nueva comedia romántica que cumple con los estándares que se esperan de ellas. Vais a pasar un buen rato, e incluso puede que os sintáis identificados.

Pero el estreno de importancia (económica, que no artística) es 'Las aventuras del Doctor Dolittle', como habréis podido apreciar gracias a los anuncios de las marquesinas de autobuses. Entre comedia de aventuras y de fantasía, nos cuenta la historia de un estrafalario y original personaje que habla con los animales, como una Blancanieves pero sin enanitos, que debe salvar a una reina de una terrible enfermedad, lo que le hace iniciar un viaje que le cambiará para siempre.

Esta comedia algo infantiloide está más cerca de excrecencias como 'Flubber' (1997), y de la versión perpetrada por Eddie Murphy en 1998 titulado 'Dr. Dolittle', que de la del año 1967 interpretada por el genial y elegante Rex Harrison. Aquí el protagonista es el histriónico (aunque en dosis moderadas es más que aceptable) Robert Downey Jr., que sale con bien del lance, aunque no hace que la película remonte en ningún momento. Viendo el pobre resultado quizás sea el momento de usar el pin parental.

'Aguas oscuras' es una de esos filmes de juicios americanos que tanto me gustan. Ya sabéis, un hombre solitario que cree en el sistema, que descubre una terrible conspiración contra la gente sencilla, e inicia una lucha desigual con grandes magnates, en la que acaba triunfando porque, y esto es de verdad lo importante, el sistema funciona.

Ese hombre solitario en 'Aguas oscuras' es un abogado de un bufete que defiende a grandes empresas químicas, interpretado por Mark Ruffalo, que averigua que uno de sus clientes lleva años vertiendo contaminantes en una recóndita comunidad, y cuando se anima a denunciarlo le hacen la vida imposible. Todo visto mil veces. Recordad algunos ejemplos como 'Erin Brockovich' (2000), 'Legitima defensa' (1997) o 'El dilema' (2000). Tood Haynes, su director, al menos nos garantiza que le dará un barniz más transgresor de lo habitual, (aunque ya hace tiempo que dejó de ser ese realizador independiente que escandalizaba, y se entregó a la industria). El resultado es una película superior a la media pero sin grandes alharacas.

Espero que el sábado todos veáis la entrega de premios de nuestro cine (a pesar de que, como con los Orfidales, no se recomiende manejar maquinaria pesada mientras se ve). Que tengamos unos Goya, y una semana, de cine.