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Apenas se vislumbran en las fotografías de José Carlos Ñíguez (Cartagena, 1954) el paso de los cientos de personas que, cada día, recorren el Museo ... del Teatro Romano de Cartagena. Tampoco las miles de visitas que recibe cada año. Ni tan siquiera la huella humana de quienes durante siglos dieron vida a sus muros. En sus imágenes, asegura, solo hay piedras. Y todas hablan: «Decía el poeta guatemalteco Humberto Ak'abal que las piedras no son mudas, sino que guardan silencio. Si nos paráramos a escucharlas -afirma el fotógrafo- nos podrían contar hasta los orígenes de la creación».
'Mirada oculta' es la exposición que, con la autoría de Ñíguez, se puede disfrutar hasta el 13 de abril en el Museo del Teatro Romano de Cartagena. Se trata de un trabajo compuesto por 78 imágenes en el que el retratista y médico cartagenero ha empleado dos largos años de su vida, un tiempo en el que ha visitado el coliseo romano en numerosas ocasiones, todas ellas buscando una mirada diferente.
«He intentado presentar al espectador un teatro nuevo. Propongo un recorrido subjetivo por cada uno de los espacios de este teatro, donde -cree Ñíguez- lo falso, lo real y lo imaginario se encuentran».
El artista arrancó este proyecto tras contemplar el trabajo que otro cartagenero, el fotógrafo Juan Manuel Díaz Burgos, realizó en este mismo lugar. Bajo el título 'Lux Petrae' -se pudo disfrutar entre marzo y junio de 2014-, Díaz Burgos, describe el fotógrafo, «humanizó el teatro» retratando «su día a día», el trasiego de turistas y visitantes, y la vida que sus pasos destilaron. Fue esta mirada, confiesa, «el detonante, lo que me dio la voz de alarma». «Pensé en que faltaba otra parte por contar, porque las piedras también hablan, y nos dicen cosas».
A lo largo de estas cerca de ochenta imágenes, Ñíguez posa su mirada en muros, escalones y capiteles ocultos en el conjunto del monumento. Para él, cuenta, la fotografía es «una metáfora visual» que el espectador «tiene que descifrar», una «incógnita», añade, «en la propia realidad de la imagen»: «Intento poner de manifiesto lo que no se ve», dice convencido y satisfecho de un trabajo con el que no pretende «documentar» aquello que fotografía, y sí «reinventarlo».
Confiesa Ñíguez que 'Mirada oculta' ha cambiado el modo en el que ahora se asoma al teatro: «Tengo otra visión completamente distinta», afirma el fotógrafo, en cuyo trabajo también hay, asegura, mucha «emoción». «Los sentimientos son los que ponen la mirada. Depende del estado de ánimo en que te encuentres o de cómo te hayas levantado ese día. Puedes visitar un mismo lugar dos mil millones de veces, y ver dos mil millones de imágenes distintas en ese mismo sitio».
Insiste Ñíguez, iniciado en la fotografía en los años 80 guiado por una afición que se ha convertido en una parte imprescindible de su vida, en que, en su exposición, «el protagonismo lo tienen las piedras»: «La poca figura humana que puede haber está totalmente desdibujada, borrosa; reducida incluso a una mancha de color. No me interesa el elemento humano, sino la piedra y lo que esta transmite», porque es ella, deja claro, «la que habla».
Definida por su autor como «prácticamente abstracta», la fotografía de Ñíguez trata de iluminar aquellos «mundos que hay detrás de la realidad». «Huyo -explica- de la nitidez. Me gustan las imágenes borrosas, porque creo que enseñan mucho más que una imagen nítida. Una imagen borrosa sugiere, evoca, te hace soñar, hace que tu mente se ponga a investigar y a buscar, y eso es lo que yo busco con mi fotografía, adentrarme en el mundo de los sueños. La realidad tangible no me interesa, procuro ir más allá de lo evidente».
«Contemplar esos espacios que están ocultos, que no percibimos porque pasan totalmente desapercibidos, pero que cuentan cosas, es lo que me despierta», agrega.
A 'Mirada oculta' le sucederá «próximamente» 'El lenguaje del mar', título del nuevo proyecto que Ñíguez espera exhibir en breve, aunque todavía no tiene cerrado el espacio que ocupará. Sí cuenta con ello otro trabajo del fotógrafo, 'Maleza', que llevará hasta San Fernando, en Cádiz. Actualmente centra su tiempo en otros dos proyectos, 'Un huésped sobre el aire', «sobre la soledad del hombre en la gran ciudad»; y 'Como extraños semejantes', «sobre la deshumanización del hombre».
La exposición 'Mirada oculta' permanecerá abierta hasta mediados de abril; a quienes acudan Ñíguez les invita a detenerse frente a sus imágenes y «escuchar -propone- lo que a cada uno le cuentan las piedras».
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