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Marwán combate a golpes de poesía.
Marwán: «El éxito y el fracaso son dos grandes impostores»

Marwán: «El éxito y el fracaso son dos grandes impostores»

El cantautor madrileño presenta en Molina 'El viejo boxeador' como invitado en la final del Crearte

Viernes, 4 de diciembre 2020, 01:59

Ainhoa García, Joy Lang, Farfett y Eve son los finalistas del Crearte, el certamen del Ayuntamiento de Molina de Segura, tras cuyas actuaciones tendrá lugar hoy el concierto de Marwán (20.30 horas, 15 euros; 4 euros en 'streaming'). Directo que supone la presentación en la Región de Murcia de 'El viejo boxeador', quinto álbum de un cantautor en su momento álgido. Tan poético como de costumbre pero mucho más vitalista.

–En la portada aparece con su padre. ¿Le dedica el disco?

–Sí, está dedicado a él porque habla mucho sobre salir adelante, continuar, las segundas oportunidades, la resiliencia... Y mi padre representa muy bien eso porque yo soy hijo de un refugiado palestino y me parece que las cosas que ha tenido que enfrentar y superar reflejaban muy bien el espíritu del disco.

–Un disco optimista.

–Sí, mucho. A pesar de que tiene algunas canciones tristes, en general es un disco con un tono optimista, que habla de que la vida te ofrece nuevas oportunidades.

–También es su trabajo más versátil, formalmente hablando.

–Sí, tanto en lo rítmico como en lo melódico y en lo literario. En lo rítmico hay desde chacareras a canciones entre el swing y el jazz, country, rock, medios tiempos hipnóticos... Y en lo letrístico, también: hay canciones de amor, hay historias de onda sabinera, las hay sobre el derecho a enfadarse, las hay que son una retahíla sobre este mundo actual de las redes sociales y las hay sobre continuar a pesar de todo. Es mi disco más variado.

–En 'Cinco gramos de resentimiento' –con Nach– le mete una buena colleja a los 'haters'.

–Una merecida colleja [ríe]. Es una canción que tenía ganas de hacer, una canción sobre el derecho a enfadarse pero un poco dirigida a los 'haters', aunque hablo de más personas. Y sí, en una sociedad donde la agresión es constante, la solución pasa por defenderse. Y evidentemente uno no se va a defender con los puños, pero se puede defender con una canción. Me consta que ha sido muy bienvenida por bastante gente.

–Decía Miguel Rivera, de Maga, que en España nos gustan mucho los músicos muertos, pero muertos de hambre.

–Es verdad que en España a los músicos se nos cuida poco. El arte en este país, cuando tiene éxito, forma más parte del entretenimiento que de la cultura, ¿sabes? En otros países hay un consenso que, más allá de la ideología del artista, es un orgullo patrio. Y aquí no, aquí el arte es un arma arrojadiza entre partidos y no se respeta mucho. El Ministerio de Cultura tiene poca importancia.

–Explíquese.

–Pues que es una pena porque en otros países como Francia, Italia, Inglaterra o Alemania tienen un estatuto para los músicos que contempla la intermitencia. Los músicos a veces estamos de gira y a veces en fase compositiva. Y tienen un plan que, si tú has trabajado un número equis de horas, tienes derecho a un pequeño sueldo durante ese tiempo. Y en España pues no se tiene, ya está, simplemente carecemos de ese estatuto.

–«El éxito es tan solo anestesia ante el dolor», canta en 'El viejo boxeador'. ¿Se ha sentido alguna vez 'culpable', entre comillas, por tener éxito?

–No, lo que pasa es que el éxito te puede confundir. Lo decía Kipling en un poema, que tanto el éxito como el fracaso son dos impostores. Ante el fracaso piensas que tu vida no vale nada y ante el éxito puedes pensar que eres el dios del universo en muchas ocasiones. Y hay que disfrutarlo, evidentemente, pero mirándolo con distancia. Aplaudirlo, agradecerlo, pero no identificarse con él. Si te identificas con el éxito estás perdido.

–Reivindica sin ambages el concepto del cantautor.

–Sí, pero más que el concepto de cantautor reivindico el concepto de hacer lo que amas, que en mi caso es la canción de autor. Haz lo que amas y no lo que está de moda. Yo no soy quién para juzgar a una persona que solo busque tener éxito, pero en mi caso he optado por hacer lo que amo y huir de fórmulas quizá más manidas que sé que van a funcionar, porque ante todo uno tiene que hacer caso a su corazón.

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