![Road Ramos: «El escenario es pura química»](https://s1.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/202211/04/media/cortadas/road-U140808634012OXB-U180596313157dgF-1248x770@La%20Verdad-LaVerdad.jpg)
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Existen ojos cerrados que alumbran más certezas y emociones que decenas de miradas abiertas. Mientras canta y dialoga con la guitarra, Rocío 'Road' Ramos deja caer el telón de sus párpados y se sumerge en lo más profundo de sus magníficas canciones. Revive cada verso, ... reconstruye cada cicatriz, subraya cada aullido y reivindica la belleza de lo auténtico. Y así, la cantautora y productora murciana te lleva con ella, te anima a difuminar el eco del ruido y te descubre rincones ajenos que terminan por hacerse propios. Cuestión de sensibilidad y talento, dos elementos que le sobran a una Ramos con la que hablamos días antes de que inaugure el ciclo de conciertos de la iniciativa Jardín Cervezas Alhambra en el Cuartel de Artillería de Murcia.
Cuándo Viernes 20.30 horas.
Dónde Cuartel de Artillería. Murcia.
Cuánto 7€
–Está a punto de protagonizar el primer concierto de esta nueva cita cultural que llega a la ciudad de Murcia. Imagino que, a estas alturas de la película, pesan más las ganas que los nervios, ¿no?
–Es una ocasión bonita para juntarme con dos de mis amistades musicales: Alain Murcia al piano e Irene Cano al violín. Hay unos nervios agradables que me preocuparía si pierdo en algún momento porque me permiten dar cada concierto de una forma única o como si fuera el último.
–A nivel creativo, pero también como oyente, ¿de qué manera le gusta trabajar con el piano y el violín? ¿Qué sonidos o detalles busca encontrar con más ahínco?
–La rítmica es básica para mí. Ritmos contundentes que te hagan olvidar que falta una batería. La profundidad de las octavas graves del piano junto al lado salvaje y con carácter que puede tener un violín y un riff de puro rock con una acústica es algo divertidísimo. Los ensayos no son simplemente repasar las canciones, se trata también de plantear juegos de arreglos con los que divertirnos y que muestren de lo que somos capaces.
–No puedo dejar escapar la posibilidad de preguntarle por su faceta como productora, terreno en el que ha entregado recientemente un trabajo fabuloso con el nuevo EP de Carmesí. ¿De qué manera le influye ese perfil profesional a la hora de reflexionar sobre su propio sonido?
–Me llevó a estar seis años sin publicar ningún lanzamiento como Road Ramos, venciendo la prisa, conociéndome con las herramientas que me da la producción musical y aprovechando el aprendizaje que conlleva trabajar para otras artistas y todo lo que se adquiere tanto en el plano sonoro como en el espiritual. Buscar mi sonido ha sido el trabajo que he realizado desde que empecé a estudiar esta profesión. Comprender, a base de ensayo y error, que una canción desnuda es la vulnerabilidad más extrema y dulce, pero un traje es el uniforme que requiere el camino que decides emprender.
–¿En qué se diferencia la manera de experimentar en un estudio y en un escenario?
–El escenario es pura química, el ejercicio de conectar y el examen. El estudio es la puerta a lo infinito, el ejercicio de ser capaz de materializar todas las emociones que están en tu cabeza todavía sin acordes, sin melodías, sin texturas...
–Hay una característica suya al cantar que siempre me ha resultado muy interesante y es que, de manera bastante habitual, suele interpretar las canciones con los ojos cerrados. ¿Qué ve cuando apaga la mirada en esos momentos?
–Me parece una pregunta preciosa. Tengo sinestesia desde que nací así que lo que ocurre cuando cierro los ojos es que veo cada sonido, cada melodía y todas las presencias. Debo mecer mi voz ahí y disfrutar de esa visión que me dio mi arquitectura neuronal. También es algo que puede provocar que me despiste más de lo normal algunas veces (risas).
–¿Sigue siendo la pintura su particular manera de meditar? ¿Qué tiene esa modalidad artística que le transmita una paz tan destacada?
–Tengo la sensación de que usted me conoce o que un día de bares que no recuerdo por razones desconocidas le conté esto, pero sí. Dibujar y componer son mis puntos de meditación. El dibujo siempre ha sido mi vía de escape y quienes me recuerden en la adolescencia lo harán viéndome con un mini típico de calimocho, un cuaderno y un boli. Ahora trabajo más con tableta digital. Mi mayor paz es conseguir aunar la música y la pintura.
–¿Cuánto tienen las canciones de lienzo en blanco?
–En la pintura recreas lo que ves antes de que exista como una pieza y en la música ocurre lo mismo.
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