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Las salas de cine siguen siendo un colegio en verano, La Manga en invierno, un parque infantil en el asilo o una carnicería en un camping vegano. Así que nuestro panorama de estrenos es tan brillante como la democracia rusa. Afortunadamente San Valentín golpea nuestra puerta.
Si yo tuviera que enseñar a San Valentín lo que es el amor usaría el cine, sobre todo porque es un jovenzuelo imberbe que seguro que tuitea y es incapaz de entender un poema. Le propondría un recorrido por algunas historias de amor muy instructivas, aunque no siempre estén en películas románticas.
Nada mejor que empezar aconsejándole que vea el resumen de toda una vida en pareja en los magistrales diez minutos casi iniciales de 'Up' (2009), y de paso gozar de la inmensa lección de cine de Pixar. Luego debería ver la argentina 'El hijo de la novia' (2001), que nos descubrió a Ricardo Darín, para que compruebe que el amor envejece pero no muere (como los rockeros).
El rechoncho angelote es un convencido de que existe la medida naranja perfecta en algún lugar del globo, así que le encantarán las siguientes películas. Los Cary Grant y Deborah Kerr de la maravillosa 'Tú y yo' (1957) superan hasta pasar por debajo de un taxi para llegar al Empire State y estar juntos. Como en su remedo 'Algo para recordar' (1993), donde cinco mil kilómetros de distancia se hacen unos centímetros cuando el destino se lo propone. El colmo es 'Una cuestión de tiempo' (2013) (el 'Atrapado en el tiempo' (1993) que hubiera escrito Einstein), donde el amor supera hasta las reglas del tiempo.
El bonachon de Valentín debe saber que los amores también hacen sufrir. Como les pasa a los maduros e intelectuales protagonistas de 'Tierras de penumbra' (1993), la más bella y profunda película inglesa de la última década del siglo XX, donde aprenderá que el dolor y el amor van unidos. Algo que saben muy bien el fotógrafo y la ama de casa de 'Los puentes de Madison' (1995), (la última película que me irritó los ojos), condenados por ellos mismos a un amor pleno pero que sólo puede sobrevivir como un recuerdo. Porque el amor no siempre es suficiente, como bien sabe la pareja Streisand-Redford en 'Tal como éramos' (1973).
San Valentín tiene que tener presente que el amor es un asunto complejo. No todos tienen la suerte de morir antes de que la realidad marchite la pasión, como Romeo y Julieta o el profesor de 'Muerte en Venecia' (1971), condenado a una fijación no correspondida en el filme que mejor ha fotografiado la bella ciudad italiana. Cuando dura suele mancharse en el polvo del camino, y los baches dificultan lo de comer perdices, cosa que sabrá viendo al atribulado e infiel matrimonio de la adelantada a su tiempo 'Dos en la carretera' (1967).
Pero no hay que ponerse trágicos, no queremos que arroje su arco a la basura. También hay relaciones que superan las dificultades y dan esperanza, como la de los dos chicos que se enamoran en tierra hostil en 'Beautifull Thing' (1996), donde descubrirá que las historias de amor homosexual existen y no tienen que acabar mal. O los deliciosos romances de 'Sentido y Sensibilidad' (1995), de la que sin duda de la que más aprenderá es de la del Coronel Brandon con la tonta de las Dashwood. O ese amor de Tracy y Hepburn, trabajando juntos por última vez, que rezuma cada fotograma de 'Adivina quién viene a cenar esta noche' (1967).
Esta clase magistral le servirá a San Valentín para entendernos a los humanos en la parte menos entendible de nuestra naturaleza. Nosotros también hemos aprendido a amar y a comprender lo que supone gracias al cine (los relamidos dirían que las películas han forjado nuestra geografía sentimental). Porque todos, en algún momento, somos como Sabina cuando dice «lloro con las más cursis películas de amor».
El cine es seguro, y más ahora que está cerrado. Que tengamos una semana, y un San Valentín, de cine.
Lo peor de la semana: la exclusión en la preselección de los Oscar a Mejor Película Internacional (antigua de habla no inglesa), de la española 'La trinchera infinita' (algo esperable). El empeño patrio de mandar a bailar vals a grupos de rock nos depara estas buscadas decepciones.
Lo mejor de la semana: que el cortometraje 'La voz humana', dirigido por Pedro Almodóvar y protagonizado por Tilda Swinton, haya sido seleccionado entre los diez semifinalistas para las nominaciones de los Oscar. En breve sabremos si entra dentro de los cinco que puedan estar en el sobre en la gala del 25 de abril.
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