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Hoy nuestros cines parecen la consulta de un psicólogo recién llegado de vacaciones o una sesión de coaching cutre (¿alguna no lo es?). Estamos que nos salimos con estrenos de películas de crecimiento personal, con directores convertidos en cheerleaders del empoderamiento, la autoafirmación y el Mindfulness
Hoy me voy a dar un homenaje y en vez de empezar por lo más llamativo voy a comenzar por lo más relevante, y es que este viernes se estrena la última película de Rosa María Sardá. Una mujer de una pieza. Una actriz cómica que era aún mejor con el drama, y que siempre demostró inteligencia, carácter y talento desbordante.
'Salir del ropero' sólo pasará a la historia del cine por ser el epitafio de esta gran actriz. En esta buenrollista película, la Sardá y Verónica Forqué hacen de dos viudas mayores que se enamoran, y a pesar de la oposición bien humorada de los queda bien y de los prejuicios no reconocidos de sus hijos, tiran para delante. Ingrid García Jonsson interpreta a la hija que, deseosa de hacer un buen casamiento propio, quiere evitar el enlace. Con elementos de 'Una jaula de grillos' (1996) y 'El banquete de bodas' (1993) sale una obra simpática en la que lo mejor son las dos veteranas, que salvan la cinta. Sardá, gracias por todo.
La siguiente también habla de amores frustrados, almas que buscan refugio y personas que se necesitan sin saberlo. 'En busca de Summerland' es una pieza del cine independiente inglés, con todos los elementos confortables de esa cinematografía: sabor a tapete de ganchillo, tetera caliente en la cocina y visillos blancos en las ventanas.
En la Segunda Guerra Mundial una mujer arisca y solitaria se ve obligada a acoger a un niño refugiado de los bombardeos en su casa del campo. La relación que se establece entre ellos va transformando a ambos. El inicial planteamiento de bruja en su castillo, con un chaval entrando en su mundo como la Bella en el castillo de la Bestia, es lo mejor de un filme que, inevitablemente, se desliza hacia donde sabemos desde el principio que acabará, aunque la estructura circular juega a su favor. Lo dicho, tan confortable como estar en una mecedora viendo el fuego de la chimenea.
En el reciente festival de Málaga se esperaba como el santo advenimiento la llegada de la nueva película de Achero Mañas (un director revelación al que se le ha pasado el arroz), tras diez años.
'Un mundo normal' cuenta la improbable historia de un hijo cuarenton y desorientado, Ernesto Alterio, que decide cumplir el último deseo de su madre y arrojar su cuerpo (entero) al mar. Todo eso genera una road movie desigual, en que uno acaba un poco harto de los aspavientos de Alteiro, suavizados por golpes de humor negro. El resultado es un destilado de 'Este muerto está muy vivo' (1989), 'Guantanamera' (1995) y 'S.O.B' (1981). Se agradece que el normalmente trascendente Mañas se haya relajado.
Por si no habíamos tenido bastantes historias de enriquecimiento personal, aún nos queda una de reconocimiento a la lucha de la mujer por la normalidad en ambientes hostiles. Eso es lo que encontramos en la comedia con mensaje 'Un diván en Túnez'.
Una resuelta psicóloga vuelve de Francia para instalar una consulta en su país, donde el psicoanálisis se ve con tanta suspicacia como un político a un micrófono. Poco a poco va consiguiendo el apoyo de la gente que se acerca con prevención a ser tratada, pero las estructuras sociales no terminan de entender muy bien lo que hace, y eso le produce muchos problemas, algo que a ella no la desalienta. Se agradece el tono de humor para tratar temas serios. Como dice Mary Poppins (esa gran filósofa), con un poco de azúcar la píldora pasará mejor.
Para desengrasar de tanto masaje emocional se estrena una película de animación manga, 'My hero academia: el despertar de los héroes', que harán las delicias de mis sobrinos gemelos. Los chicos de una escuela de héroes tienen que ir a combatir a los villanos. Así que si os gustan las luces estroboscópicas, los horizontes esféricos y las escenas eternas, está es vuestra película.
Después de tanto mensaje motivacional de taza de regalo no me digáis que no os coméis el mundo, aunque seáis el contrito Messi. Que tengáis una semana de cine.
Lo peor de la semana: La declaración (deprimente y existencialista) de Viggo Mortensen: «Lo primero que pienso cuando me despierto es en la muerte». ¿Se puede ser más intenso?
Lo mejor de la semana: La declaración (vitalista y positiva) de Concha Velasco: «Cada mañana rezó un padrenuestro y doy gracias por un día más». ¿Se puede ser más positiva?
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