Buen cine negro en 'El callejón de las almas perdidas'

Como el frío siberiano no nos da tregua, hoy os alegrareis de saber que las salas de cine pueden ser un buen refugio. Resulta que entre los estrenos podréis elegir entre intrigaros, reír, llorar o soltar adrenalina, y tanta variedad es más rara que encontrar un negativo de COVID.

Mis más fieles seguidores (que son bastante más inteligentes que los de Djokovic), saben de mi fascinación por el cine negro en todas sus formas. Así que habrán deducido que la nueva película de Guillermo del Toro, 'El callejón de las almas perdidas', ha subido en el top de los estrenos de este 2022, aunque no haya tenido suerte en taquilla. Es un remake de una película de los años cuarenta, década en la que transcurre la historia, que nos acerca a un buscavidas embaucador y su encuentro con otra buscavidas comehombres, a los que dan vida Bradley Cooper y Cate Balnchett. Disfrazados de falsos Robin Hood van dejando un rastro de desesperados perdedores que acabaran pasando al cobro la factura de sus destrozos.

Del Toro hace un estupendo trabajo de ambientación, con mucho art decó y cumpliendo con casi todos los estereotipos del género (en el buen sentido). El punto más débil es la incapacidad de recortar, de quererlo contar todo, lo que lastra la agilidad del relato. Lo mejor es lo bien que relata lo peor del ser humano, y el espectacular reparto de secundarios.

'El método Williams' es en realidad el enésimo intento de resucitar la alicaída carrera de su protagonista, Will Smith, cuyas últimas películas parecen libros de autoayuda, y sus últimas apariciones públicas las de un Príncipe de Bell-Air pasado de setas alucinógenas.

Venus y Serena Williams son dos grandes tenistas que según esta hagiografía, no llegarían a las grandes jugadoras de tenis que han sido sin un padre que se encargó de que lo lograran, a veces con métodos poco ortodoxos pero con indudable éxito. La película es demasiado simple y sus personajes carecen de complejidad. Te deja el regusto de las resacas de las fiestas de Boris Johnson.

El gran valor (que no es poco) de la siguiente película es que es una película de tíos hecha por tías. Y aunque parezca una tontería o que no tiene sentido, en realidad hace mucho por normalizar el cine y por acostumbrar a que se puedan dar roles de acción a mujeres, y si no os lo creéis acordaros de la estupenda Ana de Armas en el último Bond. Esa es la estela que sigue 'Agente 355'.

Ese es el nombre de una agencia de espías que debe salvar al mundo, compuesta por una serie de mujeres que deben colaborar a pesar de no llevarse muy bien, interpretadas por Jessica Chastain, Penélope Cruz, Lupita Nyong'o y Diane Kruger. El referente primero que se nos viene a la cabeza es 'Ocean`s 8' (2018). Como he dicho antes, no se le puede pedir más ni a esta ni a otras películas como esta que pasar un buen rato, tener mucha acción, disfrutar del argumento endeble y ser conscientes de que durará en nuestra mente lo mismo que las palomitas que nos comamos viéndola. No digo yo que haya que ser asintomático en inteligencia para que guste, pero sí que hay que verla en modo avión.

Por último, y para redimirnos del disfrute sin complejos de la anterior, acabamos con una comedia dramática francesa con mensaje, 'El triunfo'. Aquí un actor venido a menos, interpretado por Kad Merad, al que hemos disfrutado en 'Baron Noir', es contratado para llevar un grupo de teatro en una cárcel, y no se le ocurre otra obra que «Esperando a Godot» para que se estrenen.

Con ínfulas de 'Campeones' (2018) y 'Especiales' (2020), nos hace empatizar con esos inadaptados sociales, empezando por el profesor, y soñar con ellos con otro futuro, y eso sin caer en la ternura insufrible. De Marilyn Monroe decían que su mejor papel era el de 'Bus Stop' (1956), puesto que hacía de una mala actriz, y eso es muy complicado para un buen actor. Pues eso es lo que le pasa a estos presos. Muy recomendable.

Lo más destacable de la semana es haber descubierto la primera película del director Costa-Gavras, 'Los raíles del crimen' (1965) en Filmin. Un noir francés muy alejado del cine político que después hizo su realizador, pero donde ya despunta su peculiar estilo subjetivo que rompía la norma de la época.

Que tengáis una semana de cine.

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