La bailarina salta al escenario

En su entrevista concedida a 'La Verdad' el pasado mes de septiembre, realizada con motivo de la publicación de su último trabajo, 'Bailarina', el murciano Jorge Ruiz, alma y líder de Maldita Nerea, nos confesaba que aún no tenía definida la escenografía y los elementos materiales que conformarían la gira de presentación del disco. Sin embargo, también nos explicaba que lo que sí que tenía cien por cien claro era su deseo de que estos conciertos estuvieran «muy basados en la canción y que, en términos visuales, sea como un abrazo, como un hogar. Quiero que cuando vayas al concierto no te entretengas solamente, sino que, además, te sientas muy bien con lo que estás viendo en el escenario, que sea una experiencia muy cercana y cálida, nada estridente. Estoy decidido a hacer la mejor gira de mi vida». Con semejante declaración de intenciones, y un arsenal infalible de melodías pop destinadas a la interpretación colectiva desde un optimismo voluntario y admirable, Maldita Nerea pondrá a prueba sus últimos temas sobre el escenario del Auditorio y Centro de Congresos Víctor Villegas, combinándolos con algunos de los clásicos más representativos de su repertorio como 'El secreto de las tortugas', 'Tu mirada me hace grande', 'No pide tanto, idiota' o 'Por el miedo a equivocarnos'.

Un viaje a través del pasado y el presente en el que la mirada estará especialmente centrada en esas canciones recién llegadas al repertorio y destinadas a aportar aún más dosis de entusiasmo a la velada, como ocurre con 'Bailarina', 'Desde las nubes' o 'Cuando todas las historias acaban', la mejor del lote, de romanticismo marca de la casa ('Los abrazos que quedan', 'Calcetines', 'A quien quiera escuchar') o de una sensibilidad especialmente honesta y desnuda de la mano de 'Despiértame' y 'Siempre estaré ahí'.

En definitiva, Maldita Nerea regresa al hogar para dejar que la carta de amor al universo femenino que se escribe en cada renglón de su último trabajo discográfico explote frente a nosotros por primera vez. Y es que, ya nos lo confirmó Ruiz hace unos meses, «la creatividad, la escucha, la recepción, la pausa... Todos estos elementos están en ese lado femenino al que llamo 'Bailarina'. Para usar esa figura conceptual, para permitir que dance, tienes que sacarla. Y yo lo he hecho en todas y cada una de las canciones del disco». Es el turno para que los zapatos de baile llenen el escenario.