«El arte debe ser valiente o no pasa de pura cosmética»

«Con esas piernas largas como planos de Brian de Palma / se bebe mis lágrimas, sed y calma / no espera que le digan qué linda va / mírala, dándose 'likes' a sí misma en el Instagram / Odia a esos pardillos que le hablan de disparar, pam / y no han robao ni los palillos en el Lizarrán / Normal que no asimilen que somos capaces / de citar a Henry Miller y decir 'qué lache' en la siguiente frase». Los versos corresponden a 'Andrea Pirlo', el último lanzamiento digital de Piezas & Jayder, uno de los proyectos más longevos y valorados del rap nacional y adalides de la escena hip hop de Murcia.

Como el exfutbolista italiano de la canción («class on the grass, Andrea Pirlo, motherfuckers»), Piezas rebosa orgullo y clase –y orgullo de clase– por cada uno de los versos de sus canciones. Sin perder esa chulería con la que el MC de Espinardo se partió tantas veces la cara a base de rimas en la pedanía murciana. Las calles le vieron crecer y, como estas, Piezas ha ido modelando su discurso, cada día más rico literariamente y versátil desde un punto de vista formal.

Quizá por esto, tras década y media trabajando juntos, el MC y su productor y DJ en directo habitual decidieron el año pasado fechar el final de su aventura como Piezas & Jayder, que llegará con una trilogía de álbumes, de significativo titular ('Acantilado'), del que hasta ahora solo ha visto la luz 'Panorámica'. Una obra que habla sobre la muerte («no es que me intrigue porque intriga no hay: cuando llegue se acabó y ya está. Pero con frecuencia hay ideas revoloteando en mi cabeza que me susurran sobre esta temática. Intento aprovecharlas de manera creativa, porque es la única utilidad que les puedo dar»).

El arte es otro de los ejes en la escritura de Piezas. «Estamos en la era del arte cosmético. Es difícil encontrar artistas que no caigan en los tópicos más superficiales. Lo difícil del arte es tener los huevos de exponerte tú, de exponer tu realidad y mostrarte desnudo. El arte, cuanta más realidad personal tiene, más válido es. Independientemente de la calidad del mismo, el arte debe ser valiente o no es». Y claro, también la vida. «Cada vez entiendo menos a las personas y me entiendo menos a mí mismo. Es un bucle de desconcierto y de falta de creencia total en la sociedad moderna. Hay que dejarse llevar, creo que es lo más sensato, no veo otra manera de enfocarla».