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Se empieza a intuir el final de la carretera, pero queda un epílogo por narrar. Y apunta a glorioso. Los kilómetros acumulados, los océanos cruzados, ... las cimas alcanzadas, los recuerdos que queman en la piel, los versos tatuados en la garganta, los merecidos reconocimientos y, siempre, las canciones que un día fueron soñadas y son ya realidad compartida, espejo retrovisor y posada donde refugiarse del frío. Antonio García (voz), Dani Sánchez (guitarra), Pepe Esteban (bajo) y José Ángel Mercader (batería), es decir, Arde Bogotá, banda cartagenera que rima con entusiasmo escrito en presente y futuro, encara las últimas fechas de la gira de presentación de su segundo y sensacional disco, 'Cowboys de la A3'. Un total de cinco fechas, todas con entradas agotadas, en las que conquistarán recintos tan importantes como el WiZink Center de Madrid o un Palacio de los Deportes de Murcia que, durante este sábado y domingo, será multitud unida por el poder de un repertorio fibroso en el estudio y rotundo como pocos en el directo. Hablamos con Antonio.
Cuándo Sábado y domingo, a las 21.00 horas.
Dónde Palacio de los Deportes. Murcia.
Cuánto Entradas agotadas.
–¿Estamos frente a un fin de ciclo para Arde Bogotá?
–Me gusta pensar, y creo que es la forma en la que lo hemos planteado, que es una suerte de inicio. Es como abrir una nueva puerta o iluminar la siguiente antorcha del camino. Sentimos que somos una banda que solamente ha sacado al mundo la punta del iceberg, así que estas oportunidades las utilizamos para seguir mostrando rincones de nuestra sensibilidad como creadores. Queremos aprovechar lo que 'Cowboys de la A3' ha generado para coger de la mano a la gente y llevarlos con nosotros al siguiente escalón.
–¿Impone más abrir una etapa artística o sentir que, en cierto modo, se está cerrando?
–Es más embriagadora la sensación de acercarse a nuevos lugares. Hoy le comentaba a mi madre que estoy nervioso por las fechas de este fin de semana y, teniendo en cuenta la gira que llevamos, no lo entendía. Pero, claro, como le he comentado, son unas noches en las que estrenamos muchas cosas. Me entusiasma saber que el sábado es el primer concierto con una nueva forma de contar, cantar y presentarnos frente al público.
–¿Me puede anticipar algo sobre lo que han preparado para esta doble cita en Murcia?
–Es un concierto pensado para ser escuchado y visto. Este tipo de recintos siempre son complejos de sonorizar, pero fuimos muy firmes con eso. Respecto al segundo punto, sabemos que un porcentaje muy importante del público va a ver el concierto por las pantallas, así que hemos reforzado ese ámbito para que lo que se muestre en ellas tenga la misma identidad y cuidado que nosotros sentimos que le ponemos a la música que hacemos. Por último, es fundamental que no se pierda la esencia de que, por encima de todo, somos un grupo de amigos tocando.
–¿Será la última vez que alguna de las canciones aparezca en el repertorio?
–Supongo que sí, pero no me da mucha pena. Será una buena señal si una canción desaparece para cederle el lugar a otra que se haya convertido en algo más importante. Si nunca volvemos a tocar 'Los perros' será porque ha entrado 'Los gatos', una canción más emocionante para la gente (risas). Mi cabeza ansiosa me condena a estar pensando constantemente en lo siguiente.
–En su condición de hijos de la intensidad, ¿de qué forma la manejan en el directo?
–Hemos crecido como intérpretes a nivel escénico y no es igual la energía y seguridad que teníamos hace dos giras que la de ahora. En mi caso, soy más consciente del límite al que puedo llevar a mi cuerpo para que me respete y me permita estar vocalmente a la altura de lo que la gente se merece.
-Desde que se publicó 'Cowboys de la A3' hasta hoy, ¿cómo siente que han crecido como banda en términos de química entre ustedes tanto a nivel creativo como en el directo?
-Ha ido a mejor en el sentido que fluye más. Hay varios procesos que ocurren de manera paralela, el primero, el de la profesionalización. Se han podido externalizar algunas tareas que hacíamos nosotros y que ahora, por fin, las hacen profesionales formados para ello. Eso ha permitido que viajemos, toquemos, nos escuchemos y vivamos mejor. Luego, por supuesto, también hay un proceso lógico de autoconocimiento de la banda con el que respondes a preguntas que el tiempo te lleva a hacerte como, por ejemplo, la manera en la que quieres sonar en el estudio y en el directo.
–¿Cómo han gestionado la ambición dentro de un proyecto que no ha dejado de crecer a una velocidad salvaje?
–Unas veces bien y otras mal. Somos un grupo muy ambicioso a nivel artístico. Tenemos la necesidad de llevar nuestra creatividad a sitios que están más allá de lo que hemos explorado. Por eso hicimos una canción como 'La torre Picasso' o hemos preparado este nuevo directo.
-Volviendo a las canciones, apuesto a que 'La torre Picasso', su último y excelente tema publicado, aparecerá en el repertorio de estas últimas fechas. ¿Hasta qué punto les ha sorprendido la manera en la que ha sido recibido?
-No esperaba una acogida tan positiva ni que tuviera tanta difusión. La gente la ha celebrado, no solamente como tema, sino como el ejercicio artístico que es hacer una canción así desde nuestra posición. Yo confiaba en ella porque la escribimos a principios de 2022 y todavía tenía sentido sacarla en verano de 2024. Dos años después, el tema sigue vivo y no ha envejecido, algo que es muy complicado que le suceda a cualquier tipo de creación artística. Cambias y las cosas que hiciste son instantáneas de un tiempo pasado, pero 'La torre Picasso' seguía teniendo valor.
–Ya que la cita, ¿hasta qué punto es 'La torre Picasso' una pista del lugar musical al que se dirige Arde Bogotá en el futuro?
–'La torre Picasso' pertenece al mismo lugar que canciones como 'Cowboys de la A3' o 'Copilotos', pero creo que se ha beneficiado del tiempo que ha pasado y de lo que hemos aprendido como músicos. No soy capaz de anticipar si predice algo porque estamos a punto de estrenar otros temas que no se parecen en nada. De hecho, ¡diría que son todo lo contrario! Eso refleja el presente de la banda. Estamos en un momento de búsqueda y aventura, de probarnos y encontrar lo que queremos contar y la manera en la que queremos hacerlo.
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