'Benedetta', sexo en el convento

Regresa a la cartelera el maestro Paul Verhoeven de la mano de 'Benedetta', alabada en el festival de Cannes, donde concursó en su Sección Oficial. Pocos días después de proyectarse en San Sebastián ya está disponible en el circuito de exhibición convencional para el deleite de los seguidores del director de 'Delicias turcas' y 'Los señores del acero'. Estamos ante uno de los pocos cineastas contemporáneos que puede presumir de no tener ni una película mala, todas tienen algo que destacar, incluso la vilipendida en su día 'Showgirls', objeto de culto en la actualidad. Cuando se mueve en el terreno del cine comercial firma obras magnas como 'Robocop' o 'Starship Troopers', títulos de referencia del género fantástico para las cuales no pasan los años. Cineasta inquieto, con un punto sátiro y mucho sentido del humor, retorcido por momentos, nos tenía en ascuas desde la magnífica 'Elle', donde contó con el talento exuberante de Isabelle Huppert, protagonista absoluta de un filme turbio, aplaudido por la crítica, que jugaba con el tono de manera excepcional. Una mujer es violada por un intruso en su propia casa y la venganza se convierte en su mayor obsesión. Una propuesta de atmósfera mórbida, un thriller personal, que habla de temas tan controvertidos como el concepto de familia. Las cosas no siempre son como parecen.

El lado oscuro del ser humano interesa a Verhoeven, cuya 'Benedetta' no figura entre sus propuestas más notables, pero mantiene al pie del cañón a un director de 83 años. Le gana Clint Eastwood en cuestión de veteranía, con el que coincide en la cartelera, pero a diferencia de 'Cry Macho' la última apuesta del máximo responsable de 'Instinto básico' opta por derroteros más sensacionalistas, quizás con cierta gratuidad, pero más enjundia. A estas alturas mezclar sexo y religión en pantalla grande no supone romper esquemas e ir a contracorriente, pero hay quien todavía se escandaliza con la visión de una monja entregándose a su bajos instintos. La cinta transcurre en la Italia de finales del siglo XVII, cuando la peste está causando estragos entre la población. Una nueva novicia llega al convento de Pescia, en la Toscana. Su presencia en la comunidad trae consecuencias inesperadas.

'Benedetta' no pretende trasgredir, más bien jugar -a ratos está más cerca de '50 sombras de Grey' que de 'Cuentos inmorales'-, porque Verhoeven describe de nuevo una fantasía masculina, con sus pros y contras. Si la famosa escena reprobable de su versión de 'El hombre invisible' era lo mejor del filme, aquí el artífice de 'Desafío total' y 'El cuarto hombre' pretende señalar las corruptelas del clero con algunas imágenes incendiarias, a veces rozando el delirio, que probablemente no logren epatar lo más mínimo al espectador desprejuiciado amante de los excesos audiovisuales. Los bien pensantes quizás se sientan incómodos en algún momento, retorciéndose en su butaca en la sala oscura, pero el verdadero sentido del filme es arremeter contra el poder y sus múltiples formas, así como explayarse sobre los conflictos de fe. Evidentemente, despertará filias y fobias entre la audiencia, lo que es de agradecer. El cine de autor no debe dejar indiferente.

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