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Si hay una queja que es recurrente en las redes sociales del Ayuntamiento esa suele ser con asiduidad la proliferación de mosquitos. Multiplicada cada vez que llueve, estas proceden en su mayoría de los vecinos de las urbanizaciones y se juntan a menudo con los ruegos para que se mejoran luminarias y aceras. Este año, con el vencimiento de la anterior contrata, tocaba renovar el servicio de control de plagas. El pasado marzo salía el contrato a licitar por cerca de un millón de euros de presupuesto base y, en julio, se adjudicaba por 725.395 euros a gastar durante los próximos cinco años. Dinero que, entre otras inversiones, contemplaba la renovación de la flota de vehículos.
Este martes, el alcalde de Torrevieja, Eduardo Dolón, acompañado por la concejal de Sanidad y Control de Plagas, Diana Box; el biólogo municipal, Juan Antonio Pujol; y la responsable técnico de CTL en Torrevieja, Salima Pérez, presentaban los nuevos motorizados que se suman este año a la lucha contra insectos y roedores. Aparcados sobre la explanada del Palacio de Deportes Tavi y Carmona, estuvieron en la jornada de hoy desde los ya conocidos todoterrenos 'pick up' equipados con cañón pulverizador de insecticida hasta los novedosos drones que se encargarán de vigilar aquellos espacios más conflictivos.
La mercantil adjudicataria es Compañía de Tratamientos Levante SL, más conocida por sus siglas CTL. El gasto anual que destinará el Consistorio al control y erradicación de plagas será de 145.079 euros (IVA incluido). La duración del contrato será de tres años como periodo inicial a los que se podrán sumar dos posibles prórrogas anuales.
El nuevo contrato de control de plagas, en este sentido, incorpora una flota muy variada formada por tres rangers, un quad, un vehículo pick-up con cañón, un vehículo eléctrico, un vehículo larvicida y dos drones. Además, CTL ha ofrecido como mejoras otros dos vehículos pick-up con cañón termonebulizador, un dron para inspección y aplicación de productos, cinco vehículos con distintivo DGT 0 y un servicio para la atención de avisos urgentes no programados con un tiempo de respuesta de una hora.
La concejal de Sanidad y Control de Plagas, Diana Box, ha defendido que el equipo de gobierno «heredó un servicio totalmente insuficiente, el cual no disponía de los recursos necesarios para cubrir y atender un término municipal como el de Torrevieja».
Eduardo Dolón, por su parte, ha destacado que, «con este nuevo contrato se tiene la capacidad de realizar prevenciones diarias, así como de atajar de manera efectiva las posibles plagas de insectos que pueden aparecer en algunas épocas del año, siendo la empresa una garantía de calidad y eficacia en su trabajo».
Las plagas diana sobre las que se pretende actuar de manera preferente son los roedores y los insectos, sobre todo cucarachas y mosquitos. Tres animales que se consideran que pueden actuar como agentes nocivos, reservorios o vectores de enfermedades para personas y animales de compañía, así como constituir una posible causa de alergia u ocasionar un deterioro en la calidad de vida.
Si bien los roedores y las cucarachas son dos potenciales vectores de insalubridad con los que lidian todas las ciudades, en los últimos años causa especial malestar ciudadano la proliferación de mosquitos. La cercanía a la ciudad de las dos lagunas salinas, el carácter endorreico de buena parte del término municipal y la mala ejecución de los drenajes de las aguas pluviales en el proceso urbanizador (que originan amplias zonas encharcadas) unidas a la disponibilidad de fuentes de alimento y refugios, el cambio climático y la ausencia de depredadores, provoca un incremento de las poblaciones. En consecuencia, solo la lucha contra este insecto se lleva algo más de la mitad del coste anual del servicio.
Las zonas de actuación del servicio abarcan aquellos lugares potenciales de asentamiento. Entre ellos están todas las zonas ajardinadas e inmuebles de titularidad municipal, la red semafórica, de alumbrado y de riego. También las márgenes de los acequiones de Torrevieja y La Mata en sus tramos urbanos, así como cualquier otra zona de acumulación de agua como balsas de laminación, parques inundables, tanques de tormenta a cielo abierto o canalizaciones de ramblas e imbornales. Se excluyen aquellas zonas ubicadas dentro del parque natural de las lagunas, dentro de cuyas lindes solo se puede actuar previa autorización de la Conselleria de Medio Ambiente.
La estrategia de control de mosquitos, concretamente y según indican los pliegos, se basará en la búsqueda y control de focos larvarios en los que, de ser necesario, se emplearán productos larvicidas mediante pulverización. Asimismo, en aquellas zonas donde se constate la presencia de adultos, su control se realizará mediante el uso de productos adulticidas mediante nebulización, que deberán ser usados preferentemente en horario nocturno para evitar problemas sanitarios a la población, y en días con poco viento y ausencia de lluvias para asegurar su permanencia y efectividad.
Cuando tengan lugar grandes precipitaciones, la empresa adjudicataria deberá poner en marcha campañas excepcionales ante la eventual emergencia masiva de mosquitos. Así queda contemplado en los pliegos, donde se incluyen dos actuaciones extraordinarias al año por episodios de lluvias torrenciales y 52 inspecciones anuales de presencia de mosquitos al año de forma ordinaria.
También habrá cuatro desinfecciones al año en centros docentes y en el mercado municipal de La Plasa. Otras dos se emprenderán anualmente en los centros deportivos municipales y una más para el resto de dependencias públicas como pueden ser, por ejemplo, los centros de la tercera edad o las oficinas de los diferentes departamentos municipales. Parques, jardines y otras zonas exteriores tendrán 12 inspecciones anuales. A todo ello cabría sumar los entre 150 y 200 avisos anuales que se estima que recibe el servicio de los ciudadanos al cabo del año.
Otra plaga eventual que también se contempla es la procesionaria. Su control se realizará exclusivamente en parques y jardines donde se detecten concentraciones que puedan afectar a visitantes y mascotas, así como en los centros escolares con presencia de pinos. Se hará preferentemente cuando el insecto esté en la fase de oruga (desde agosto a octubre) y mediante el uso de insecticida biológico a base de 'Bacillus thuringiensis'.
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