Orihuela exhibe sus símbolos más emblemáticos

En 1265, Jaime I el Conquistador entró con su ejército en la ciudad de Uryula, donde se estableció hasta 1266 para sofocar la rebelión que los mudéjares murcianos provocaron contra el dominio cristiano.

A finales de enero de 1266, se inicia el proceso de cristianización del territorio con la rápida articulación de una organización y estructuras diferenciadas del Islam, donde el principal órgano de gobierno, el Concejo, ya estaba constituido en el año 1265. Las mezquitas fueron dedicadas al culto cristiano y el territorio urbano islámico se articuló en parroquias como medio para la evangelización de la urbe.

A raíz de la recuperación de la ciudad, arrancan los repartimientos de tierras y su colonización, surge la leyenda de la Armengola como mito fundacional de Orihuela y en base al hecho de armas del castillo acaecido en la revuelta mudéjar, es el inicio de una fecunda historia marcada por el carácter fronterizo y estratégico de la ciudad, y por problemas seculares, como el pleito del Obispado y la rivalidad con Murcia. Orihuela superó todas las dificultades y se situó como capital de gobernación y segunda ciudad en importancia del antiguo Reino de Valencia tras la capital valenciana, en sede episcopal como centro religioso de la instaurada Diócesis de Orihuela, en 1564, y única sede universitaria en el mediodía valenciano.

Tras la reconquista cristiana de Orihuela, se instituyen una serie de símbolos y leyendas que representarán a la sociedad que residirá en el territorio. La leyenda de la Armengola y la devoción a las santas Justa y Rufina serán señas de identidad propias de Castilla.

La tentativa mudéjar de 1265 de recuperar la ciudad y, principalmente su fortaleza, motiva la génesis de la leyenda de la Armengola, mientras que las santas mártires sevillanas se establecen como patronas del territorio. Esta devoción, genuinamente castellana, es instrumentalizada con fines políticos para consolidar el recién conquistado domino territorial.

Las similitudes entre la Judith del Antiguo Testamento y la heroína oriolana establecen los pilares de la fundamentación cristiana del territorio. Judith representa al pueblo de Israel, la Armengola a los oriolanos, ambas salvan a sus semejantes de la opresión, decapitando al general Holofernes o eliminando al rey moro y a su descendencia. Una y otra son ayudadas en el camino por su fe, siendo, en el caso de Orihuela, las santas Justa y Rufina la representación del poder divino, frente a la imagen de una mujer terrenal que simboliza ideas patrióticas y religiosas. Las santas Justa y Rufina y la Armengola establecen la protección de un territorio y su sociedad, al igual que hace Orihuela frente a sus enemigos.

La leyenda como mito fundacional de la ciudad de Orihuela ampara a los oriolanos bajo la protección de las santas Justa y Rufina. De esta manera, Orihuela es cristiana, enlazando la ficción con la realidad, adoptando la devoción y la fe como ejes vertebradores de la organización de un núcleo geográfico, que se forja tras la reconquista cristiana y pertenece a la Corona de Castilla.

La historia de la Armengola pasa de padres a hijos como una leyenda que rememora una historia que pareciera acaecer hace apenas unos años entre los muros de la ciudad. La figura de la heroína es escenificada cada año bajo el manto de una mujer relevante para la fiesta de Moros y Cristianos de Orihuela. Este cargo festero recorre las calles de la ciudad durante los días de celebración más importantes y supone la representación de una mujer querida y respetada por todos los oriolanos.

Sin duda, uno de sus días más relevantes es el Día del Pájaro, un evento en el que el símbolo de referencia de Orihuela, el Pájaro del Oriol, abandona su habitual ubicación en el Ayuntamiento para caminar arropado por festeros y representantes políticos.

El estandarte que porta el síndico elegido se compone de dos elementos principales: el Pájaro del Oriol y la Señera. Esta bandera, mencionada por primera vez en 1357, se utilizaba tanto en procesiones religiosas como en batallas y está vinculada con la conquista cristiana. El Oriol aparece por primera vez en 1602, simbolizando la autonomía política y los privilegios reales de la ciudad.

Esta ave dorada que representa la oropéndola, fue utilizado como emblema de Orihuela desde 1356, recordando la victoria cristiana, la defensa territorial y la soberanía local obtenida a través de los Fueros de 1265.

Dentro del marco del 25 aniversario del Mercado Medieval, el Museo Diocesano de Arte Sacro de Orihuela ha diseñado la exposición temporal 'Signo'.

A través de distintos paneles explicativos, documentos históricos y obras de arte procedentes del Archivo Catedralicio y del propio Museo Diocesano, los visitantes podrán conocer más sobre la historia y el simbolismo del Oriol como emblema de la ciudad. Esta muestra, que permanecerá abierta hasta julio de 2025, reúne obras y documentos históricos que abarcan desde la Edad Media hasta el siglo XVIII, incluyendo referencias a la leyenda de la Armengola, el pendón de la ciudad y los libros de privilegios concedidos a Orihuela a partir de 1265, durante el periodo de colonización.

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