El nuevo dique de Levante tendrá más miradores al mar y muros con tratamiento antigrafiti

Más de un año de promesas después, ya están en contratación las obras del dique de Levante. La Junta de Gobierno ha aprobado este viernes el expediente de contratación de las obras de repavimentación y reparación del paseo más frecuentado por turistas y deportistas de Torrevieja. 1,2 kilómetros que, 24 años después de su construcción en 1999, mudarán a un aspecto más moderno y, sobre todo, perdurable en el tiempo.

El presupuesto base de licitación de las obras da buena prueba de la envergadura del proyecto. En estos años de espera, ha ascendido hasta los 8.463.183,22 euros, de los cuales 895.000 euros vienen de fondos europeos. El plazo de ejecución, por su parte, será de nueve meses a contar desde la fecha de notificación del acuerdo de adjudicación.

La adjudicación de los trabajos se hará a través del Lote 12 del Acuerdo Marco, en el que figuran hasta cuatro empresas dedicadas a obras de edificación y de urbanización. En este sentido, se ha cursado invitación a la UTE Serrano Aznar-Eiffage-Los Serranos, a la UTE Orthem-Abala, Pavasal y Grupo Bertolín.

El pasado septiembre, el Ayuntamiento logró el permiso de Puertos de la Generalitat que necesitaba. Hasta entonces, uno de los motivos que, en los últimos meses, se ha argumentado para justificar los atrasos fueron las obras del puerto. Estas, indicó el alcalde, Eduardo Dolón, obligaron a modificar el proyecto para contemplar la conexión del dique con el nuevo centro de ocio. Esto se hará a través de una plataforma elevada. No obstante, y según han aclarado este viernes, la actuación que correrá del bolsillo del Consistorio será el tramo del dique que discurre desde la nueva lonja de pescadores (al final del recinto ferial) hasta el faro.

En el comunicado difundido por el Ayuntamiento, añaden además, que, según la concejal de Servicios Urbanos, Sandra Sánchez, una de las condiciones fundamentales para la elaboración del proyecto fue la redacción de un estudio de accesibilidad que justificara el cumplimiento de la normativa de los elementos que compondrán la repavimentación y reparación del Dique de Levante, «de tal forma que pueda ser utilizado por toda la ciudadanía, para garantizar la igualdad de oportunidades de todos los ciudadanos y su participación activa en la sociedad».

La conexión al inicio del dique para enlazar con la peatonalización del Paseo de La Libertad, así como la renovación del alumbrado público existente en el vial paralelo «aumentará, más si cabe, el valor de una de las infraestructuras más representativas de la ciudad de Torrevieja, como es el dique de Levante», señala el Ayuntamiento en su comunicado. En este aspecto, las nuevas luminarias, financiadas con dinero de Bruselas, serán «monumentales» y última generación, permitiendo, según el alcalde, los juegos de colores, además de reducir los consumos.

Para adecuar las obras a las exigencias actuales, afirma el Consistorio, se realizaron diversos estudios con el objeto de buscar un proyecto lo más congruente posible. En estos trabajos previos se apostó por diversas soluciones para el pavimento, las barandillas o los bancos corridos.

Para el suelo del paseo voladizo, explican, se decidió la retirada de todo el adoquinado y las maderas existentes. Las actuales se deterioraban muy rápido ante el efecto corrosivo que les supone estar expuestas a unos elevados niveles de humedad y salinidad. De ahí que, en multitud de ocasiones presentaran grietas y hasta agujeros, que obligaban a reponerlas por otras nuevas que, a su vez, generaban desniveles y otros tantos tropezones e indemnizaciones. En su lugar, el Ayuntamiento ha optado por un pavimento continuo de madera tecnológica, en tonos claros similar al que se está instalando en las obras de renovación de la senda peatonal de La Mata, donde el problema era muy similar.

Otra de las imágenes que más afeaban el entorno era la de las barandillas. El desgaste también de la humedad las dejaba sin la necesaria capa de pintura verde y amarilla que les protegía, dejándolas totalmente expuestas a una acelerada oxidación. Tras las obras, estas serán sustituidas por unas de acero inoxidable.

La composición del paseo, tal y como anunció el alcalde, Eduardo Dolón, en septiembre, cambiará dejando un espacio más diáfano. La solución del Consistorio pasa por sustituir el botaolas por un banco con acabado de hormigón de altas prestaciones con acabado pulido mecanizado, brillante y sin poros similar a la textura pulida de la piedra de granito o mármol. Estarán dispuestos como ahora, es decir, de espaldas al mar, solo que con la salvedad de que se abrirán en distintos tramos para dejar espacio libre a nuevos miradores abiertos al mar.

El muro del dique también tendrá su propia intervención. El Ayuntamiento ha decidido que el antiguo 'paredón' sea objeto de un chorreo intenso eliminando restos de pinturas, realizando una fijación química incolora posterior, que a su vez proteja con un tratamiento anti grafiti.

La pasada semana Sueña Torrevieja ponía en duda que el proyecto tuviera la dotación presupuestaria suficiente, puesto que, según su portavoz, Pablo Samper, solo disponía de los 800.000 euros europeos y otros 50.000 de fondos propios. También reprochó la demora en la licitación del proyecto, cuyas obras en un principio se prometieron que empezarían en octubre de 2022.

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