La Generalitat prepara un contrato para el mantenimiento del palacio Marqués de Rafal de Orihuela

Hasta hace unas semanas, la única cartelería que había sobre la fachada del palacio del Marqués de Rafal era la que indica que es sede de la presidencia de la Generalitat y la que lo señala como oficina del Plan Vega Renhace. Ahora se suma un cartel más, el de una compañía de alarmas. Se trata de un primer paso, pero el edificio, cerrado desde el cambio de gobierno en Valencia, empezará a tener la atención que requiere tras cuatro meses de casi total abandono.

Según trasladan portavoces de la Generalitat a este periódico, la histórica casona contará con el debido mantenimiento. En estos momentos, la Administración autonómica prepara un contrato para la limpieza y cuidado de este noble inmueble. Hasta ahora había recibido alguna que otra inspección técnica.

Su futuro uso, sigue en el aire. Sobre este, los mismos medios reconocen que no hay nada cerrado. Aseguran que hay varias opciones sobre la mesa, pero que esperan consensuarlo con el Ayuntamiento. No descartan tampoco intentar llegar a algún tipo de convenio y que el Consistorio se haga cargo del mantenimiento en un futuro.

Lo cierto es que a Orihuela este inmueble le vendría muy bien. Las opciones son pocas, pero las más claras son destinarlo a un museo o a oficinas municipales y esto último hace verdadera falta. El Ayuntamiento está pagando un millón al año en alquileres para dependencias municipales y espera como agua de mayo la conclusión de las obras en Rubalcava y Caja de Monserrate.

Sin embargo, cualquiera de estas opciones desvirtuaría la función simbólica para la que fue concebida su compra. El expresident Ximo Puig destacaba el edificio como la única sede de presidencia fuera de una capital de provincia. Con el cambio de gobierno, los trabajadores que allí estaban para la coordinación del Vega Renhace fueron despedidos con la entrada de Carlos Mazón.

La actual administración siempre ha incidido en que el estado del edificio no es el adecuado. El PP local denunció que no cumplía con las normas de accesibilidad. Aun así, un grupo de ciudadanos ya ha dirigido una carta a Mazón para pedir que el palacio vuelva a la actividad que tenía previamente.

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