Detenido un hombre en el marco de la operación para atajar la oleada de robos en viviendas de Pinar de Campoverde

El dispositivo especial de Policía para acabar con la oleada de robos en Pinar de Campoverde parece que habría empezado a dar sus frutos. El Ayuntamiento de Pilar de la Horadada ha comunicado este miércoles el arresto de un hombre con una orden internacional de detención. Fue detenido por la Policía Local de Pilar de la Horadada, según comunican, mientras se encontraba en el interior de un local sito en esta urbanización del interior del término municipal pilareño.

«En el marco del dispositivo policial puesto en marcha por la Policía Local para atajar los delitos contra la propiedad en Pinar de Campoverde, que ha contado con la colaboración prestada por los ciudadanos y en coordinación con Guardia Civil, el pasado 24 de diciembre se localizó a este ciudadano en el interior de un local de Pinar de Campoverde, procediendo los agentes de la Policía Local a su detención y puesta a disposición de la Guardia Civil de Pilar de la Horadada», trasladan desde el Consistorio.

La concejal de Seguridad Ciudadana, Marina Sáez, añaden, ha agradecido la inestimable colaboración de todos los vecinos de la urbanización de Pinar de Campoverde, así como «la paciencia que han mostrado a pesar de la situación que estaban padeciendo» recalcando que el Ayuntamiento puso desde el primer día «todos los medios a su disposición para atajar los robos en las viviendas» y añadiendo que la Policía Local «no ha cesado en sus labores de vigilancia en Pinar de Campoverde y en el resto del término municipal».

Pinar de Campoverde casi podría considerarse una pedanía de Pilar de la Horadada. Habitualmente este singular rincón del municipio es un remanso de paz a los pies de Sierra Escalona, donde la mayoría de las viviendas son chalets con parcelas anexas entre manchas de pinar y cerca de ramblas y de la conocida ruta senderista por el Río Seco. Pero desde hace un mes sus vecinos no dormían tranquilos.

La oleada de asaltos a viviendas les tiene atemorizados y en pie de guerra hasta el punto de verse obligados a organizarse a través de un grupo por medio del cual alertaban de cualquier movimiento sospechoso. Incluso, contaban, se llegaron a hacer batidas en busca de los cacos; en algunas ocasiones, incluso armados con bates y palos de golf. Una iniciativa que el Ayuntamiento desaconsejaba con tal de preservar la seguridad de los vecinos.

«De vez en cuando se ha producido algún robo puntual, como en cualquier municipio o pedanía, pero desde hace un mes más o menos se han producido una treintena de robos, dándose el caso de entrar en la misma noche a cuatro o cinco viviendas», relataban los vecinos de este residencial, que fueron incluso convocados a una reunión con el alcalde, José María Pérez, y los responsables policiales.

El 'modus operandi' de estos ladrones, describían los vecinos, es «ir vestidos de negro, con pasamontañas y guantes, entran en viviendas habitadas esperando que salgan a hacer quehaceres cotidianos como ir a comprar, a por los niños al colegio o simplemente salir a cenar. Suelen actuar por la tarde-noche», abundaban.

«Como pueden imaginar la sensación de inseguridad y miedo en el vecindario es inmenso y ello a la vez que indignante», confesaban ya hartos del ensañamiento de estos asaltantes con este rincón del interior de Pilar de la Horadada.

Los puestos de policía más cercanos están en la propia Pilar de la Horadada, donde tiene su base la Policía Local a ocho kilómetros, mientras que la Guardia Civil, que suele ser la que actúa en estos casos, está a diez kilómetros en La Torre de la Horadada, junto a la emblemática torre vigía. La Benemérita soporta ya una gran carga de trabajo al tener que dar cobertura a la totalidad del municipio pilareño desde el litoral al interior, así como a los vecinos de Orihuela Costa.

El Ayuntamiento manifestó a este periódico que la urbanización cuenta con videovigilancia en sus principales puntos de acceso con lector de matrículas desde 2020. También que las fuerzas de seguridad sospechaban que los autores de los robos se habían refugiado en la propia urbanización. Los vecinos, asimismo, reconocían una mayor presencia policial desde que comenzaron los asaltos con una patrulla extra.

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