![Una excavadora empieza a remover tierra junto a la playa de La Glea, con el vallado de obra ya instalado.](https://s1.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2024/05/07/Captura%20de%20pantalla%202024-05-07%20183258-k0dD-U22048701789NN-758x531@La%20Verdad.png)
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Costas ha preferido no esperarse. Este martes se ha presentado una excavadora sobre el tramo de la avenida de las Adelfas cerrado desde la Dana de 2019. Su intención: empezar con las obras de demolición de este vial ubicado sobre la desembocadura del río Nacimiento, junto a la popular playa de La Glea, en Campoamor. Apenas han removido algo de tierra hasta que una llamada vecinal ha alertado de la presencia de los obreros a la Policía Local, que se ha personado y ha ordenado paralizar los trabajos durante esta tarde, según fuentes consultadas por este periódico. El equipo de gobierno, por su parte, indica que solo «han levantado acta».
Sobre este tramo de asfalto, limitado actualmente solo al tránsito peatonal, pende una orden de Costas para acabar con él. Con el fin impedirlo, el equipo de gobierno PP-Cs en la anterior legislatura elevó el asunto al Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana. Desde entonces, el Ayuntamiento permanece a la espera de que la Justicia se pronuncie.
La Policía y el Ayuntamiento han requerido a los obreros que cumplimenten toda la documentación que obre en su poder de cara a comprobar que la obra cuenta con todos los permisos necesarios. De ser así, este miércoles los trabajos podrían reanudarse pese a la oposición vecinal.
Desde el equipo de gobierno, por su parte, trasladan que no han cerrado todas las vías de comunicación con Costas y que el Contencioso «sigue adelante». En este sentido, indican que el concejal de la Costa, Manuel Mestre, está pendiente de una reunión para abordar este problema tras la decisión de la demarcación estatal de emprender las obras por su cuenta y riesgo antes de que se produzca ese esperado pronunciamiento judicial.
En un escrito al que tuvo acceso LA VERDAD del pasado 8 de abril, Costas lanzaba un último aviso a Orihuela antes de acometer sin más dilación la demolición de los restos de firme que quedaron tras la riada. Señalaban que instalarían en lugar del asfalto una tarima de listones de madera de 55 metros de largo, tres de ancho y tres de canto.
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Jesús Nicolás
Los vecinos, por su parte, llevan desde la riada reclamando que la carretera se reabra cuanto antes. Mientras antes se podía cruzar de una orilla a otra del río por primera línea de playa, ahora cualquier conductor se ve obligado a dar un rodeo por el interior para pasar por el otro vial que cruza la rambla bajo el famoso puente de piedra. O, en caso de que esta última carretera quede anegada por un episodio de lluvias, subir hasta la misma N-332.
El Ayuntamiento acometió contra su voluntad una adecuación en 2021 de la desembocadura que pasó por cerrar al tráfico rodado dicho tramo de avenida de las Adelfas y pintar sobre los restos de asfalto una senda peatonal. El coste de aquella actuación ascendió entonces a 72.003,28 euros.
La demarcación estatal defiende que es inviable que regrese el tráfico rodado a dicho tramo de la avenida de las Adelfas porque los terrenos se encuentran en dominio público marítimo-terrestre y alega que, de permitir el paso a los coches, se estaría vulnerando la Ley de Costas vigente. Por su parte, el Ayuntamiento defendía que el plan de ordenación urbanística de Campoamor, más antiguo que la Ley de Costas (es de 1969), preveía ya la existencia y el tránsito de vehículos por ese vial ahora cerrado.
En su escrito, Costas señalaba la actuación como la correcta porque «no supone modificación alguna de la capacidad de desagüe del río ya que la tarima se dejaría a cota del terreno natural y anclada a la antigua base enterrada de la carretera para evitar que sea arrastrada por crecidas ordinarias del río». Asimismo, exigía al Ayuntamiento que les remita acuerdo de Pleno o de Junta de Gobierno en el que se comprometan a llevar a cabo el mantenimiento y reparación en los términos mencionados.
La carretera que pasa bajo el famoso puente de Campoamor no corre, sin embargo, el mismo riesgo que su paralela aguas abajo de la rambla. Del viaducto hacia el mar la supervisión del cauce del río Nacimiento depende Costas, mientras que aguas arriba del puente es dominio dependiente de la Confederación Hidrográfica del Segura. Al contrario que Costas, el organismo de cuenca sigue un criterio distinto y no se ha mostrado contrario a que los coches sigan circulando por este otro vial de servicio que también se encuentra sobre un cauce fluvial.
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