![Unos niños juegan en el parque sobre un balancín viejo y remendado, sin ningún sistema de agarre.](https://s2.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2025/02/10/198771729--1200x840.jpg)
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Nada más entrar al Centro de Educación Especial Antonio Sequeros de Orihuela su conserje recibe dos peticiones de mantenimiento. Una de ellas referente a la deficiencia de una barandilla del baño adaptado y la otra por la rotura de un cristal que, lamentan, «a saber cuándo vendrán a arreglarlo». Esta frase se enmarca dentro de un largo periplo de deficiencias de mantenimiento y de lo que califican desde la Ampa como un «abandono total de las instituciones».
La situación de este colegio se vio terriblemente agravada por la dana que asoló la Vega Baja en 2019. Este episodio ocasionó graves desperfectos en el centro, ubicado en los alrededores del palmeral de Orihuela. Cuando el agua comenzó a bajar entonces, dejó al descubierto diversas zonas del exterior que en cualquier otro lugar estarían completamente inutilizadas.
El caso más grave es el de la pista de césped artificial, un espacio hecho actualmente con retales que un padre del colegio cedió para tapar algunos de los agujeros por los que los niños pasaban diariamente. Estos mismos retales sirven a su vez de elemento de seguridad para salvaguardar al alumnado de las malas condiciones en las que se encuentra el muro que separa esta zona del parque infantil. Precisamente, en este parque, en el que los niños siguen jugando, hay columpios y balancines completamente rotos y corroídos, que hacen que los pequeños miren de un lado a otro sin saber a dónde agarrarse.
Justo en el lateral del parque, se encuentran los aseos exteriores, un lugar con unas condiciones que el Ampa tilda de «tercermundistas», con grandes agujeros en las puertas, mal olor y cerrojos rotos que hacen del espacio más íntimo un lugar inhóspito.
Fuera también se puede apreciar la falta de mantenimiento en el pavimento y en las zonas verdes del patio, donde hace unos meses una niña sufrió un accidente. Desde aquí ya se avecinan las deficiencias del interior: alrededor de una quincena de persianas rotas, que, con mucho ingenio y creatividad, el propio equipo docente se ha encargado de embellecer.
Barandillas rotas, armarios inutilizables y azulejos sueltos completan un lote de desperfectos en un centro que da un servicio de vital importancia para niños y adolescentes con necesidades especiales.
En esta línea, los padres y madres señalan el punto que más les preocupa: la ausencia de sistemas de refrigeración. «Ahora mismo nos estamos apañando con siete aparatos de aire móviles que compró la Ampa, pero esto es insuficiente», señalan desde la asociación. «Estamos hablando de un colegio de educación especial, no es un capricho, a estos niños el calor les afecta de manera perjudicial a su salud, provocándoles graves consecuencias».
La Ampa, explican, se ha puesto en contacto en numerosas ocasiones con la administración local y provincial, recibiendo escasas o nulas respuestas. Ante esto, decidieron pedir ayuda al Club Rotario de Orihuela, una organización sin ánimo de lucro que visita el centro todas las navidades.
«En la última visita al centro, su presidente se emocionó al ver en las condiciones en las que nos encontramos», indica la Ampa. Tras esto, el club decidió tomar cartas en el asunto y organizar una reunión con las dos partes, el colegio y el concejal de Educación, Vicente Pina, de la cual, dicen, no sacaron nada en claro. Por ello, los rotarios decidieron dar un paso más y se han comprometido a subsanar las deficiencias del campo de césped artificial y el parque infantil, mientras estudian si pueden ampliar su aportación.
Las circunstancias del CEE Antonio Sequeros parece que no son nada desconocidas para el resto de centros públicos de Orihuela. Esta misma semana, Cambiemos denunciaba las condiciones en las que se encuentra el CEIP Josefina Manresa, en el que, denuncia la formación, una gotera situada en el zaguán exterior se lleva notificado al Consistorio durante más de un año sin que se haya llevado a cabo ninguna reparación. Otro problema grave es la salida de aguas residuales de la cocina a través de arquetas que desembocan directamente en el patio del colegio, lo que imposibilita parte de esa zona.
Por su parte, el edil de Educación, Vicente Pina, ataja todas estas cuestiones indicando que se han hecho actuaciones puntuales, pero que el gran volumen de deficiencias hace que no puedan estar acudiendo a los centros «cada dos por tres». «No es cierto que exista una dejadez ni abandono por parte del Ayuntamiento. Revisando el histórico de mantenimiento de este colegio, en estos dieciocho meses hemos realizado 51 actuaciones y hemos impulsado con la Dirección Territorial de Educación la renovación de la instalación eléctrica del aire acondicionado, que ya está en licitación por parte de este organismo y en breve verá la luz». Asimismo, el edil asegura que se están resolviendo todos los casos de mantenimiento dentro de un plazo medio de quince días.
En esta línea, el responsable del área de Educación alude a sus predecesores en el cargo: «La primera visita que realizó este equipo de Gobierno, con el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, a un centro educativo fue al CEE Antonio Sequeros y vimos que había hasta 46 persianas rotas. Tantas persianas no se rompen en un sólo curso». «Si nos hubieran dejado los colegios en mejores condiciones, no tendríamos que estar como estamos».
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