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«Las lluvias de marzo han sido una bendición». En estos términos se expresa el presidente de Asaja Alicante, José Vicente Andreu, en una valoración sobre cómo han afectado a la agricultura las precipitaciones de este mes que acaba de finalizar.
Las precipitaciones registradas van a permitir que algunos cultivos alarguen su vida útil. Es el caso de la alcachofa. Cuando se estaba introduciendo en la fase final de la producción, que es precisamente el momento en que más agua necesita para que la planta puede sacar el segundo colmo, llegaron las lluvias. «La alcachofa ha vegetado muy bien y por eso se va a prolongar la campaña hasta finales de abril», explica Andreu. Esto implicará una mayor producción y por tanto más oferta, lo que permitirá que los precios no sean tan altos como otros años en este punto del segundo corte, cuando estos suben por la merma de la producción.
Según los datos ofrecidos por MeteOrihuela, en el mes de marzo llovió en 13 días. En esas jornadas, en el caso de Orihuela se sumaron 93 litros por metro cuadradado y en Torrevieja, 75.
A diferencia de las lluvias torrenciales comunes en la Vega Baja, esas precipitaciones cayeron muy despacio. Esto permitió que recalaran el terreno poco a poco y sin generar erosión. De esta forma y con el ambiente húmedo, otro de los grandes beneficios que han traído ha repercutido en el cultivo que domina en la Vega Baja: los cítricos.
Según explica el presidente de Asaja Alicante, José Vicente Andreu, estas lluvias ha minimizado la presencia en los árboles de los cítricos de la plaga del insecto trips. Esta plaga atacó principalmente el año pasado a los cítricos. Consiste en su mayoría en alojarse en los brotes. De hecho, en febrero un mes antes de que empezaran las lluvias, la misma organización agraria exigió a la Conselleria de Agricultura, Agua, Pesca y Alimentación una respuesta más responsable y sensata ante esta plaga, a través de una red de monitorización.
Con las lluvias, mucha ha desaparecido, según relata Andreu, lo que ha permitido que los cítricos hayan hecho en su mayoría un buen rebrote.
Aunque este buen comienzo no garantice en su totalidad una campaña excelente pues puede haber otros factores, como alguna helada, que altere el crecimiento, «sí es algo muy bueno para empezar la primavera y afrontar el verano con optimismo» señala Andreu. Y ese optimismo lo refleja asegurando que «en los cítricos se ha dado una floración brutal, clave para una buena cosecha».
A las hortalizas esta lluvia también les ha sentado muy bien. Otro de los cultivos que se ha visto muy beneficiado por estas lluvias ha sido el de la lechuga. Al darse en los primeros compases del cultivo y tras un primer riego, asegura el presidente de Asaja, «hay lechugas que se han sacado sin regar prácticamente».
Estas son las ventajas que ha traído el cuarto mes de marzo más lluvioso de los últimos 60 años. La incógnita es cómo será el verano y el otoño.
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