Borrar

El maestro que prometió el mar

Las personas que son diferentes a nosotros, cuya normalidad es distinta, nos hacen más humanos

Jueves, 14 de diciembre 2023, 00:17

Lo que nos hace humanos son nuestras diferencias. Somos diversos: mujeres u hombres, jóvenes o mayores, de izquierdas o de derechas, más cultos o más incultos... Y somos diversos con sus graduaciones y combinaciones. Y es que toda mezcla es positiva.

Es infantil creer que ... la vida son dicotomías excluyentes, tesis o antítesis, bueno o malo (y lo nuestro, obviamente, es lo bueno y normal). La gran divergencia entre nuestra cultura europea (y la tradición grecorromana cristiana) y las culturas asiáticas orientales está en que mientras nosotros los europeos todavía vemos la realidad enfrentada en posiciones incompatibles (lo bueno versus lo malo, yo contra ti, los nacionales versus los extranjeros...), ellos consideran que en toda cara A hay siempre un pedazo de cara B. El yin y yang taoísta, lo 'oscuro' y lo 'brillante', dos conceptos que permiten representar dos fuerzas opuestas, pero –al mismo tiempo– complementarias e interconectadas. Según esta idea, cada ser, objeto, pensamiento... posee un complemento del que depende para su existencia y que a su vez existe dentro de sí mismo, por lo que no lo puedo ni debo anular, pues si lo anulo me anulo a mí mismo. Los que aún seguimos enamorados de nuestra 'media naranja' entendemos perfectamente el sentido profundo de esta afirmación.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad El maestro que prometió el mar