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El vicio de respirar

Y allá que van de cabeza nuestros partidos de derecha, el de la 'MacMurcia' y la 'MurciaJB' por un lado, y el de la 'Murcia1939' por otro, a jalear

Domingo, 22 de enero 2023, 09:11

Casi cada movimiento urbanístico tiene ganadores y perdedores. Un aleteo de mariposa –la apertura de un nuevo espacio cultural, por ejemplo– puede desencadenar una tormenta ... de gentrificación capaz de expulsar a los vecinos más vulnerables de un barrio popular, en beneficio de hipsters y caseros y en perjuicio de casi todos los demás. Y si esto es así con las modas que prestigian unas zonas en detrimento de otras, imaginemos la envergadura de las ganancias y pérdidas de las grandes operaciones urbanísticas institucionales. Mejor que imaginarla: recordémosla. La Ley del Suelo de Aznar de 1998 abrió la puerta al 'boom' inmobiliario y especulativo de la década siguiente, permitiendo cosas tan, pero tan locas como el PGOU murciano de 2001, que preveía dos millones de habitantes en el municipio. Los pelotazos, los embotellamientos, la corrupción, los esqueletos de edificios, las riadas, los pufos judiciales y las malas construcciones aún las estamos pagando. Yo lo llamaba 'MacMurcia': un urbanismo rápido y de mala calidad que se comió en una década el 70% del suelo disponible. Sin prever el abastecimiento de agua ni el tráfico (las causas de nuestro aire irrespirable hay que buscarlas aquí). Lo de 'MacMurcia' también iba, a qué negarlo, por las iniciales del alcalde que promovió la operación, un señor para más señas alérgico a los movimientos de cuenta.

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