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Resulta admirable la ingente cantidad de vegetarianos que detestan la verdura. Asumen que son vegetarianos porque alquien lo ordena, para que el planeta sea feliz y ellos, por solidaridad, absolutamente desgraciados. Esa 'cantiduvi' de gente que se siente facha si no se abstiene de cualquier ... vestigio de felicidad. La vegetariana debería ser una culinaria, no una medicina o, más generalizado, una secta política. Consecuencia natural de esto es que hay más aromas en una tienda de móviles que en un restaurante vegeta. Esos seres que tragan acelgas hervidas como una letanía, sin ninguna voluptuosidad, como en la infancia tragábamos aquel jarabe rosa de calcio de farmacia (mal ejemplo, el jarabe rosa de calcio era delicioso). Las acelgas hervidas tienen su voluptuosidad. Todo lo que no es veneno es bueno, muchos venenos son mejores que lo que no lo es. Pero llegan todos esos aspirantes a curitas laicos que no duermen pensando en nuevas formas de reprimir y esas monjitas 'woke' (palabra que suena a alga japonesa) a presentarse como veganos, con la bronca. Cuando lo suyo no es nada gustativo, sino solo un grave desorden nervioso derivado de otro grave desorden político.

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laverdad Los vegetas