'Vade retro', Sánchez

Don Sánchez, el que alardea de trabajar sin descanso para proteger a empresas y familias, en su primera confrontación dialéctica con el recién aclamado líder popular le espeta que lo único que su partido ha hecho es «estorbar, estorbar y estorbar», así, tres veces seguidas. ¿Tendría, quizás, en su calenturienta mente a la figura de Feijóo cómo un nuevo satanás estorbador? Vaya demócrata de pacotilla que nos ha salido este librepensador que es nuestro presidente: los que no pensamos como él y no estamos de acuerdo con su perniciosa y sectaria manera de gobernar, simplemente estorbamos. Lo imagino cada vez que se afeita entonando, como hizo el sacristán Sanmartín en la famosa zarzuela de Ramón Carrión 'La Marsellesa' aquello de «el pensamiento libre proclamo en alta voz, que muera el que no piensa igual que pienso yo».

Mira por dónde los andaluces, ese pueblo antiguo, alegre, sensato y capaz, han decidido que el que estorba no es el gallego líder de los populares ni la defraudada Macarena –la subida de votos y escaños de su partido le ha sabido a muy poco–, sino el 'satanasico' Sánchez, el demonio emplumado, al que, ni cortos ni perezosos, voto a voto, han quitado de en medio junto a sus pequeños diablillos. Ole y ole, aplausos para Juanma y qué buen ejemplo nos acaban de dar los andaluces marcándonos el camino a seguir para que el resto de los españoles sufridores nos podamos quitar de encima esta infernal pesadilla. En Andalucía se ha iniciado el principio del fin del 'sanchismo'. Pero ojo, ese morlaco que lidera un partido que no es ni sombra del socialismo que contribuyó a la Transición y gobernó España con aceptables modos y maneras, pretende seguir corneando mientras recula en tablas. Lejos de esperar sentados a que la fruta caiga del árbol, tentación característica del 'marianismo', o a que abandonara el cargo, empujado por sus conmilitones, los barones socialistas que ven con horror cómo peligran sus cómodos sillones si en sus regiones de cara a las elecciones autonómicas sigue liderando ese conglomerado de inútiles sectarios que tanta repulsa suscita, solo nos queda esperar a que el 'satánico' Sánchez, en un gesto de dignidad, nos llamara a manifestar nuestra opinión en las urnas. Pero no va a pasar, por eso Feijóo, con cuidado de no estorbar, debe coger la espada y, con decisión, entrar a matar, dicho esto como símil taurino o benévola metáfora sin que suponga muerte física de nadie aunque sí la desaparición del odioso 'sanchismo' que nos ha llevado a estas cotas de miseria económica y, sobre todo, moral.

Y ese estoque lleva el nombre de moción de censura que Feijóo está obligado a presentar con carácter inmediato. Ya sé que los padres constituyentes diseñaron una censura que necesita acuerdo mayoritario para destituir al que manda y la misma mayoría para encumbrar a otro; la llamaron positiva porque, salvo huracanes como el que asoló el hemiciclo en la última contra Rajoy, es casi imposible que los que censuran al que manda se pongan de acuerdo para elegir al sustituto. No importa, aun dando la derrota de Feijóo por sabida, la moción serviría para dos cosas: manifestar la repulsa de la mayoría de sus señorías a la forma de gobernar de don Sánchez y, de otra parte, permitir al candidato popular exponer, sin límite de tiempo, su programa de gobierno en un intento por ilusionar a la mayoría de los españoles hartos de tanta mentira, tanta incapacidad, tanto sectarismo, tanto odio, tanto camino a la pobreza, tanto totalitarismo.

El demonio no ha triunfado jamás y su fin está cercano. 'Vade retro', satánico Sánchez.