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Paralelo 37

Vida y cicatrices

Nos creemos fuertes, pero una situación inesperada puede rompernos en dos

Miércoles, 20 de marzo 2024, 00:09

Japón, siglo XV. El cuenco para la ceremonia del té de Ashikaga Yoshimasa se rompe en pedazos y para repararlo lo envían a China donde ... le colocan unas burdas grapas. Descontento con el resultado, el sogún lo devuelve a Kioto y unos artesanos pegan sus piezas con laca y polvo de oro, evocando con este gesto el paso del tiempo, la mutabilidad y el valor de la imperfección. Ha nacido el kintsugi como arte y después como la filosofía que busca encontrar lo bello en las cicatrices de la vida.

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