Oh là là
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Paralelo 37 ·
Cuando llegue el momento, ni Francia ni Portugal, espérame mi Colombia queridaDe Francia solo conozco la Costa Azul, algunos pueblos al otro lado de la frontera y París, donde aluciné con la Torre Eiffel y el ... Louvre y pasé más frío que en toda mi vida. En tierras galas tengo pendiente Versalles y alquilar un 'penichette' para navegar canales y ríos, pero no sé ni papa de francés y las comidas hasta arriba de salsa me repugnan, así que cuando reúno tiempo y dinero siempre se me ocurre mejor destino. No sean malpensados, el odio a nuestros vecinos no es más que un cliché y lo mejor que podemos hacer con esas asperezas transpirenaicas que prometo no tener y de las que alardean algunos es pasárnoslas por el Arco del Triunfo. Aunque, si les soy sincera, a Napoleón y Pepe Botella no los olvido.
Y los franceses a nosotros, ¿nos tienen tirria? Siempre tuve mis sospechas pero el otro día en redes sociales una tal Alba me sacó de dudas. Esta es la lista de lo que más les jode de nosotros a los vecinos, según esta bióloga que vive en la capital parisina, y que les aconsejo leer en clave de humor y con una sonrisa: la sartén de crepes es una institución sagrada Pirineos arriba y utilizarla para cualquier otro cometido puede castigarse con pena hasta de guillotina; el paté no se unta, se pone un trocito sobre el pan, más allá de eso es vicio. Más motivos para despreciarnos y eso que Hispania y la Galia de Astérix y Obélix fueron provincias romanas y tenían a Julio César como igual enemigo: rellenar el cruasán con jamón y queso, tomar el roquefort en vez de postre como aperitivo, poner en un bocata aceite y no mantequilla, las mujeres negarse a llevar el apellido del marido y enseñar el ombligo… Ni qué decirles de congelar una 'baguette', 'oh là là', ¿a quién diablos se le ocurre?
No me veo viviendo en Francia, un país en el que cuentan las malas lenguas está mal visto que una mujer coma mucho. Ay, dios mío, si yo estas Navidades me he puesto fina: que si pavo, cordero, jamón, yemas de las monjas de Ávila… Más de una gamba de Santa Pola también ha caído. Puestos a elegir entre vecinos me quedo con Portugal, en lo de 'falar'» no soy muy ducha pero tanto compartido une; además, allí la gente es respetuosa, tranquila y los fados me fascinan, los clásicos, los de Celeste Rodrigues y António Chainho; Ana Moura, Camané y Mariza también me ponen los pelos de punta. Nota a pie de página: por ahora no me muevo de Cabo de Palos pero cuando llegue el momento, ni Francia ni Portugal, espérame mi Colombia querida.
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