El holograma y su novia

Circula un vídeo en internet en el que se ve a la pareja fregando, cocinando y hasta de charla juntos: «¿Quieres envejecer, hacerte mayor o seguir siendo siempre el mismo?», tras unos segundos el holograma, al que hay que actualizar de vez en cuando como cualquier dispositivo, le contesta en plan romántico a su prometida Alicia, apoltronado en el sillón y zampándose un plato de comida: «Creo que será mejor para ti que envejezca porque es lindo envejecer juntos». A las caricias no responde, solo faltaría, pero sí a todas sus expectativas emocionales o eso al menos ha contado la novia en las mil y una entrevistas que ha concedido por medio mundo para añadir: «Te puedes enamorar, lo llegas a querer y hasta puedes echarlo de menos, en el fondo es algo que tiene vida».

Aunque quedan meses para el bodorrio ya comenzaron los preparativos: un museo de Róterdam como escenario, cocina molecular de menú, el atuendo para los novios y los invitados que imagino de lo más moderno y futurista... Y como el casado casa quiere ya andan diseñando una especial en Menorca para los dos tortolitos en la que AlLex pueda vivir a sus anchas y proyectarse en cualquier esquina.

Alicia tiene claro que no son la pareja perfecta ni en sus planes está conseguirlo; también que una nueva generación de amor está surgiendo donde los humanos nos relacionaremos con hologramas, avatares y robots, una opción ideal para personas que necesitan compañía y una herramienta terapéutica para quienes han sufrido algún tipo de trauma o abuso, también para las personas que enfrentan la pérdida de un ser querido, eso dice. Así explicado mal no suena pero es escuchar hablar del tema y me entran una ganas locas de colarme de polizona en el cohete ese en el que la vice Yolanda augura van a escapar de la Tierra las personas inmensamente ricas.