Tierra quemada

Sánchez 'el Pirómano', su gobierno y sus amiguetes independentistas, filoetarras y comunistas, sabedores de su debilidad moral y conscientes de su más que previsible debacle en las urnas, han decidido emplear la antigua táctica de tierra quemada para que no quede piedra sobre piedra, que todo se vaya al carajo y así, si a los españoles les diera por otorgar la victoria electoral a la oposición «fascista», lo que encontraría el nuevo Gobierno sería un panorama desolador: la tierra quemada, las calles incendiadas, las instituciones chamuscadas, la deuda desatada, los precios por las nubes, el paro en cotas máximas, y de nuevo tendría que pedir a los ciudadanos un sacrificio desmesurado para poder enderezar el rumbo de la nación. Pero si, por una triste jugada del destino, volvieran a ganar los de ahora, a Sánchez 'el Incendiario' y a sus primos comunistas no les importaría, saben que el comunismo, como los chatos murcianos, retoza en la miseria, en la pobreza, en la tierra quemada donde malviven a base de cicateras subvenciones los que los han votado y los que no, aunque para ellos, los dirigentes, la nomenclatura, todo son privilegios, buenas casas, mejor condumio, trinca de tesoros. ¡Ah! y mucho Falcon.

En esa loca e incendiaria huida dejando a su paso la tierra quemada, Sánchez y su banda han intentado de una forma torpe y antidemocrática hurtar al Parlamento el obligado debate, modificando dos leyes orgánicas, pilares básicos de la división de poderes sin la cual no hay democracia, mediante la introducción de sendas enmiendas en la ley que va a suprimir el delito de sedición y maquillar el de malversación a beneficio de unos pocos delincuentes. Y ahora, cuando quien puede y debe les ha dicho que eso no se hace, cual deleznables fariseos se rasgan las vestiduras y empiezan a repartir a diestro y siniestro descalificaciones, calumnias y amenazas.

Nadie niega el derecho del Gobierno a proponer una reforma constitucional, la propia Ley de leyes lo tiene previsto en su Título X, pero si afecta al Título Preliminar, en el que se se consagra la indisoluble unidad de la nación española o el referente a la Corona, hay que disolver las Cortes y convocar elecciones. Por mucho que estos incendiarios vomiten falaces insultos y lancen amenazas contra los que se oponen a su maniobra perpetrada el otro día en el Congreso no lo van a conseguir, porque ya una mayoría de españoles se ha dado cuenta de esta maniobra, ha despertado del letargo y le arrebatará el mechero con el que don Sánchez 'el Pirómano' quiere quemar a todos y a todo. El noble pueblo español ha sacado del baúl su nobleza, su genio y los valores que lo han adornado siempre, y así, de esa guisa, va a propinarle en las urnas a esta gentuza el más sonoro de los bofetones mandándolos a unos a su casa y a otros al presidio para que allí, en la soledad de sus celdas, culpen sus desvaríos y hagan promesa de redención.

Al mismo tiempo que deseo a mis lectores una feliz Navidad, advierto de que, si queremos seguir viviendo en un país libre, no podemos votar a este pirómano ni a sus colegas. Aquellos que creen que el comunismo es el mejor de los sistemas políticos, que miren a los países donde los comunistas ha sentado sus reales donde solo hay para el común miseria, pobreza y falta de libertad, mientras, eso sí 'porque se lo han ganado', la clase dirigente disfruta sin tasa de toda clase de privilegios. No os dejéis embaucar.