Su sitio

El emérito no tiene por qué ir a Zarzuela solo «a saludar» brevemente a su hijo, sino a hospedarse cada vez que así lo desee. Felipe VI es el actual Rey, pero no le puede privar a su padre de los derechos humanos reconocidos en la Constitución, todo eso de la libertad de circular por todo el territorio nacional que tan poco le gusta a la actual mayoría gobernante (sucesivos confinamientos ilegales) y demás compañeros mártires. Y ya que se debe circular libremente, qué menos que invitar a un güisquicito largo a papá y que eche la castiza siesta. Como hubiese exclamado el Arguiñano de la película 'Airbag' cuando un mozo le trajo una tortilla de setas sin pan para empujar, y si el Rey insiste en faltar a la tradicional hospitalidad española con su augusto padre, «coño, Felipe, pareces de Gibraltar».

Solo faltaría que en un país donde los delincuentes están en el Gobierno, menos uno o dos que al final no pudieron entrar, los declarados inocentes por la Justicia no pudiesen dormir en su casa, la de los españoles. ¿De qué falta de ejemplaridad hablan? ¿Hola? Cuando en un país como España alguien me habla de ejemplaridad creo haberme despertado en Estocolmo, que también allí los luteranos se cuentan hipocresías a sí mismos y encima se las creen. Ejemplares, lo que se dice ejemplares, eran los alemanes, siempre colocando dignísimos discursos austeros, y comprobamos que, con la conexión rusa, el célebre legado de la infame Merkel, a quien Berlusconi definió con exactitud con tres palabras irreproducibles cuyas iniciales eran C. G. I., va a dejar como un benefactor social al asesino en serie Chikatylo. Su Majestad mató algún que otro oso o elefante, y qué. Desde que en Reino Unido se prohibieron las cacerías de zorros hasta a la Reina Isabel II, que como todo el mundo sabe era inmortal, le entran indisposiciones y lo mismo se muere en un decenio de éstos. La cosa se ha puesto rara. Si al Rey de España lo han absuelto a pesar de las ganas que le tenían –y en este mundo las ganas de los poderosos suelen encontrar hechos que previamente no existían–, quiere decir que es inocente. Como inocente debe dormir en Zarzuela, no necesariamente en Alcalá Meco ni, peor, en algún resort para jeques de Marbella.

Majestad, aquí en Zarzuela tiene vd. su país y su casa, hágame una perdida al llegar y le abro.