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Si salimos de esta

Temer a los niños

Los pequeños suelen tenerle miedo a todo; los adultos, solo pánico a unas pocas cosas

Martes, 15 de abril 2025, 00:51

De todas las anécdotas que nos dejó Mario Vargas Llosa, una de las más recordadas hoy es la que acaba con Gabriel García Márquez en ... el suelo y un ojo morado después de que este le propinara un puñetazo una noche de 1976 en México. Sobre lo que pasó nunca dieron explicaciones públicas sus protagonistas, hasta entonces amigos, pero todas las versiones coinciden en señalar a un asunto de celos. Lo que a mí más me ha llamado siempre la atención del suceso es la explicación que García Márquez difundió entre conocidos y biógrafos, a quienes explicó que el impacto le pilló desprevenido y con los brazos abiertos porque se acercó convencido de que iba recibir un abrazo, en lugar del derechazo que lo envió al suelo.

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