Día Internacional de la Mujer

Queremos renovar y reafirmar el compromiso de las entidades del tercer sector de acción social por las políticas de igualdad entre hombres y mujeres, por la incorporación de la perspectiva de género en las políticas públicas y por el desarrollo de los planes de igualdad en las empresas, las organizaciones sociales y las administraciones públicas, como uno de los pilares fundamentales para construir una sociedad más justa, inclusiva y diversa. Este día nos invita a reflexionar, reconocer y celebrar los avances logrados, pero también a seguir trabajando por un futuro donde todas las personas tengamos las mismas oportunidades y derechos, reconociendo que son muchos los retos que se mantienen en el horizonte y muchas las amenazas que acechan y ponen en cuestión los avances logrados.

La igualdad no es sólo un valor esencial, sino también una condición necesaria para la convivencia en armonía, para la cohesión social y para el desarrollo sostenible. En un mundo cada vez más interconectado, es imprescindible fomentar espacios donde mujeres y niñas puedan desarrollarse plenamente, libres de cualquier forma de discriminación o violencia que dificulte se plena inclusión.

Debemos ser conscientes de que la apuesta por la igualdad no es un objetivo de un día, ni solo una apuesta meramente declarativa, se construye día a día desde todas las políticas públicas y desde todos los actores sociales, promoviendo el diálogo, el respeto mutuo y la colaboración entre todas las personas, independientemente de su género, religión, orientación sexual o cultura de origen.

Desde la perspectiva de la interculturalidad, el 8 de marzo es una ocasión para celebrar y reconocer la contribución de la diversidad a nuestra sociedad, destacando el valor que las mujeres de diferentes culturas, orígenes y tradiciones realizan a nuestra sociedad. La participación activa de todas las mujeres en la vida política, social, económica y cultural ayuda a potenciar nuestras comunidades y es fundamental para seguir tejiendo puentes de entendimiento y respeto mutuo que favorezcan la convivencia, la cohesión social y el desarrollo sostenible.

Para que la convivencia intercultural sea una realidad debemos renovar, impulsar y reforzar nuestro compromiso para que las políticas, los planes de igualdad y diversidad en las empresas y en las organizaciones sociales del tercer sector de acción social se sigan diseñando, gestionando y evaluando desde un enfoque interseccional, en el que se reconozcan las diferentes barreras que tienen que superar las personas para su acceso pleno a los derechos de ciudadanía. El género, el origen, la clase social, la diversidad sexual o la discapacidad, entre otros, son elementos que se entrecruzan entre sí, generando oportunidades para el desarrollo y la inclusión social o para extender escenarios de discriminación. El abordar la intervención social teniendo en cuenta esta complejidad permite construir soluciones inclusivas que no dejen a nadie atrás.

En este Día de la Mujer, debemos ser capaces de diseñar y generar espacios y tiempos para que en las empresas, en las administraciones, en los centros educativos o en las organizaciones sociales las mujeres y los hombres nos impliquemos y nos comprometamos unidos en favor de la igualdad de oportunidades y la no discriminación.

Todavía nos queda mucho trabajo por hacer y en este Día de la Mujer nos parece fundamental seguir dando visibilidad a aquellas mujeres que en su día a día se siguen encontrando con situaciones de violencia machista, desplazamiento forzado, soledad no deseada, exclusión social, trata con fines de explotación laboral o sexual, exclusión residencial o vulnerabilidad.

El compromiso de las entidades del tercer sector de acción social debe centrarse en continuar trabajando desde la unidad para ofrecer en nuestras organizaciones espacios abiertos, seguros y acogedores, para todas las personas participantes, voluntarias y profesionales. Necesitamos apostar por servicios y proyectos que faciliten el acceso pleno a los derechos y deberes de toda la ciudadanía, apostando por la creación de espacios seguros para la prevención y la atención a posibles casos de violencias machistas, así como a posibles casos de discriminación por razón de origen cultural, orientación o identidad sexual, religiosa y/o étnica.

Creemos con absoluta claridad que todas las personas debemos ser corresponsables para conseguir la igualdad. Por eso no podemos olvidar la necesaria contribución e implicación de los hombres como agentes del cambio social para seguir avanzando hacia la igualdad de oportunidades, promocionando la corresponsabilidad en todos los ámbitos de la vida, y de forma especial en el ámbito de los cuidados. Solo desde el compromiso compartido de las mujeres y los hombres podremos avanzar en políticas de igualdad y dar sostenibilidad a los avances logrados en estos años. No podemos asumir, aceptar, ni tolerar desde la ciudadanía ni un solo paso atrás en los avances logrados en políticas de igualdad y diversidad.

Debemos seguir tejiendo alianzas multiactor para trabajar unidas desde la sociedad civil, las empresas, las administraciones públicas y las entidades sociales, con el objetivo compartido de continuar mejorando las políticas de igualdad de género y de gestión de la diversidad.

En este 8M, queremos renovar nuestro compromiso como personas y desde nuestras entidades para seguir construyendo una sociedad intercultural, en la que la justicia social y la igualdad sean una realidad.