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Prometer

Es algo tan manido que es ya un acto inocuo. No pasa factura. No tiene memoria. Ni hemeroteca. Las promesas son un brindis con los dedos cruzados

Martes, 22 de febrero 2022, 02:11

Promesas hay muchas. Pero pocas como aquella de Mandy Patinkin en 'La Princesa Prometida': «Mi nombre es Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate ... a morir». Me gusta porque es concreta, realizable, memorable y, por supuesto, deseable. Si has de hacer una promesa, me digo, hazla así. Imagino que algo parecido pasó por la cabeza del presidente del Gobierno cuando, hace unos meses, y ante la imparable subida de la tarifa eléctrica, decidió asegurar que «los españoles, cuando vean qué han pagado en 2021 del recibo de la luz, comprobarán que es lo mismo o semejante a la cifra que pagaron en 2018».

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