Sí sería sí
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PRIMERO DE DERECHO ·
El problema, una vez más, está en hacer de la ley una pancartaDe nuevo, vuelve a estar de actualidad el Anteproyecto de Ley conocido, sobre todo, por el paradigma del 'Solo sí es sí'. Contiene esta reforma ... otros cambios, algunos también abiertamente discutidos, pero ninguno con una difusión tan amplia como este, que acaba de recibir el rechazo unánime del CGPJ.
Nadie puede conocer lo que piensa otra persona. Lo único que nos queda son las declaraciones de los que consienten, y las circunstancias circundantes. Firmar un contrato, por escrito, es una buena forma de hacer constar la voluntad, porque quedará buena prueba de la misma. Pero sería suficiente, y expresaría también el consentimiento, decirlo de forma oral, o con un apretón de manos u otros gestos que pudiesen significar lo mismo. Incluso, determinados actos, aunque en sí mismos no supongan una expresión concreta de ese consentimiento, lo contienen también. Por ejemplo, en un bar de pinchos vascos, no sería necesario decir nada a nadie, el hecho de coger uno de los pinchos expuestos manifestaría la aceptación del contrato que supone. La primera forma de consentir, expresa, suele ser mejor, por inequívoca. La segunda, tácita, puede dar lugar a malas interpretaciones. La mayoría de las veces, empero, ni nos planteamos cómo estamos consintiendo, ni siquiera qué consentimos. No decimos «consiento la compraventa de veinte centilitros de cerveza a cambio de un euro» cuando pedimos una caña. Manifestamos consentir, sin más, de forma natural.
Los mismos principios, con diferente relevancia y gravedad, se pueden trasladar al ámbito de la libertad sexual. Supone, como premisa irrenunciable, que todo acto sexual tenga que empezar, mantenerse, y terminar con el consentimiento persistente de los involucrados. De eso, no hay duda. El problema es, cuando se cuestione, cómo saber si hubo o no consentimiento. El atentado contra la libertad sexual existe, aunque no haya violencia, aunque no quede rastro físico de la agresión. Basta con que se imponga la práctica sexual sin consentimiento. Cuando hay violencia, las secuelas físicas facilitarán la prueba de la imposición. Cuando no las hay, es mucho más difícil probar que no se consintió, aunque no hubiera consentimiento en absoluto.
El 'solo sí es sí' puede pretender facilitar la prueba sobre si existió tal consentimiento. Sin embargo, puede no llegar a convencer su utilidad. Es obvio que nadie está pensando en una suerte de consentimiento por escrito que, además, seguiría siendo insuficiente (pues no bastaría con firmar de principio que se consiente, sino de continuo, que se sigue consintiendo, hasta el final). Pero tampoco serviría de mucho que la declaración fuera oral, pues, aunque se aceptara que hubiera que manifestar de forma expresa el consentimiento, cada vez, el problema de fondo no cambiaría: el acusado afirmaría que, en efecto, se consintió de forma expresa, y quien acusa lo habría de negar. Sin testigos, habrá de indagar en otras circunstancias acreditadas, para intentar determinar si se consintió. Nada de esto cambia pasando del 'no es no' al 'sí es sí'. Salvo que se entendiera que es la parte acusada la que tiene que probar la existencia de un consentimiento expreso (lo que, casi siempre, será imposible), entendiendo en defecto de tal prueba que existió delito contra libertad sexual, sin posibilidad real de defensa, incluso para quien pudiera ser inocente. Esto, que supondría asumir que en un juzgado podrían entenderse como delictivos casi todos los supuestos de actividad sexual, es algo que no creo que nadie asuma como posible.
Así que, si en el fondo no habría de suponer verdaderos cambios la reforma, ¿dónde está el problema? De principio, una vez más, en hacer de la ley una pancarta. Utilizar el Derecho Penal para educar es tan eficiente como las normas del BOE lo son para crear literatura. Pero eso no es lo peor. Lo peor es que el debate, de nuevo, se utiliza para crear una frontera entre los que apoyan la reforma, únicos que quieren evitar agresiones sexuales a las mujeres; y los que se oponen, quienes solo estarán buscando excusas para permitir que se las siga agrediendo. No caben objeciones técnicas, estas serían solo excusas. Discrepar que esta sea la mejor forma de proteger a las víctimas es atacar a esas víctimas. No hay otra alternativa. No es que sea esta la ley mejor, es que es la única posible para proteger a las víctimas. Quien no asuma el 'sí es sí', defiende el 'no es sí', está de parte del violador. Pues no. Es no.
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