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La política del cuidado

Los que dicen practicar el humanismo cristiano y luego vuelcan toda su bilis con los más débiles se lo deberían hacer mirar. No son patriotas; son carniceros

Domingo, 23 de mayo 2021, 01:16

Quedan pocas imágenes –imágenes que de verdad importen– que sigan quemando minutos u horas después de haber sido vistas. El 2 de septiembre de 2015, ... una fotografía conmovió a la sociedad internacional: la del pequeño sirio de tres años Aylan Kurdi, cuyo cadáver apareció en la arena de una playa turca. Bastaron unas pocas horas para que, a raíz de la toma de conciencia colectiva causada por esta imagen, los que antes eran denominados –en términos casi despectivos– como 'inmigrantes' pasaran a ser considerados como 'refugiados'. Tras este fogonazo de horror, muy poco más. Años de millones de imágenes diarias, pero ciegos al dolor que nos rodeaba. Y he aquí que, en medio de la crisis fronteriza con Marruecos, el pasado martes 18 de mayo de 2021, otra fotografía sacudió a la sociedad española: un submarinista de la Guardia Civil acababa de rescatar a un bebé de dos meses de las aguas. Estaba pálido y rígido por el frío. Iba vestido con la ropa apropiada para acostarse en una cuna o pasear en un carricoche. Pero no: estaba empapado de agua, en medio del mar, encarnando una pequeña y frágil humanidad brutalmente descontextualizada. El policía –ayudado de un salvavidas– lo levantaba con sus dos brazos para impedir que su cuerpo se hundiera. Cada uno de estos brazos era tan grande como el cuerpo del bebé. El contraste conmovía por las dimensiones éticas que de él se derivaban: toda la fuerza física y emocional de aquel cuerpo adulto y atlético estaba puesta al servicio del más endeble de los seres –un bebé que solo sabía sentir frío–.

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