A raíz del último Barómetro del Cemop nos hemos preguntado hasta qué punto están polarizados los electores de la Región de Murcia. El clima que ... se respira a nivel político y que tiene manifestaciones como los bochornosos insultos entre diputados en la Asamblea durante la fallida moción de censura, o los más recientes acontecimientos entre Mario Gómez y los ediles del PP en el Ayuntamiento de Murcia o del concejal José López en su cruzada particular contra la actual alcaldesa de Cartagena, muestra una extrema polarización discursiva a nivel de las élites políticas. Este clima local o regional se extiende de manera aún más cruda cuando nuestra vista se fija en la política nacional, y en el discurso descalificante que mantiene la clase dirigente. También lo vemos en las muestras de desprecio y antipatía hacia el adversario político que se desarrollan en las redes sociales o en los programas de infoentretenimiento. Este clima de crispación, debe tener, pensamos, sus consecuencias en la polarización de la ciudadanía.
Hemos querido medir el grado de polarización de nuestra sociedad sobre la base del concepto de polarización afectiva, que expresa y mide la tendencia de las personas que se identifican o simpatizan con partidos de izquierdas o de derechas a percibir negativamente a los partidarios del otro bloque ideológico y positivamente a sus correligionarios. Y para el caso de la Región de Murcia y de España lo hemos medido sobre la base de las personas que se sienten identificadas (o bien porque expresan su intención de votarlos o al menos simpatizan) con los cuatro principales partidos sistémicos (los que son relevantes para la configuración del sistema político y de las políticas): PSOE, PP, Vox y Unidas Podemos. Se trata, por tanto, de saber si: a) ¿Es alta la polarización afectiva en España y en la Región? ¿Estamos los ciudadanos de la Región más polarizados que el conjunto de los españoles, o es justo al revés? En palabras llanas, ¿cuánto de hooliganismo político, al modo de los ultras de los equipos de futbol, existe en la Región y en España?, y b) ¿Los electores de qué partidos expresan mayores grados de polarización afectiva en la Región de Murcia? ¿Y hacia qué partidos expresan sus sentimientos de rechazo o antipatía?
Sin anestesia. Sí, la polarización afectiva es alta en la Región de Murcia, incluso más que en el conjunto de España. Casi el 62% de los ciudadanos que expresan alguna intención de voto o simpatía hacia los cuatro principales partidos de la Región se muestran polarizados al menos respecto a algún otro partido. Casi diez puntos más que la media nacional. Los electores más polarizados en la Región son los votantes o simpatizantes de Vox y Unidas Podemos, alrededor ambos del 75%, tres de cada cuatro. Los del PP y los del PSOE se mueven alrededor del 57%, cerca de seis de cada diez. Si los comparamos con España, los electores y simpatizantes de los partidos más extremos del sistema, Vox y Unidas Podemos, se encuentran unos ocho puntos por debajo de sus compañeros de la Región, en torno al 67%. En la misma línea, seis puntos por debajo se encuentran los electores y simpatizantes del PP a nivel nacional. Sin embargo, en el caso del PSOE, son más de 18 puntos los que separan a los polarizados nacionales de los regionales, explicándose así parte de la desviación que se produce entre el grado de polarización del conjunto del electorado nacional y el regional.
La polarización de los votantes regionales del PSOE es mucho mayor que en el conjunto de España
Segunda cuestión. ¿De qué partidos son los electores más polarizados en la Región de Murcia? ¿Y hacia qué partidos expresan sus sentimientos de rechazo o antipatía? A nivel regional los electores que se sienten identificados con los partidos más extremos del sistema, Vox y UP, son los que a su vez expresan los sentimientos más fuertes de rechazo hacia el partido del extremo ideológico contrario. El 74% de los electores de Vox está polarizado afectivamente, es decir, se siente muy identificado con su partido de referencia y siente rechazo hacia, en este caso, Unidas Podemos. Estos sentimientos se producen de manera similar entre los electores de UP: el 76% de sus electores se siente identificado con la formación morada y a su vez se encuentra muy distante de Vox. Son evidentemente casos extremos, pero muy significativos del alto nivel de polarización afectiva entre ambas formaciones políticas.
Si la polarización la seguimos midiendo entre partidos de distinto bloque, los datos siguen siendo altos, aunque como es lógico se moderan. Alrededor del 60% de los electores de Vox siente un fuerte rechazo hacia el PSOE, lo que representa una cifra muy similar a la que se da entre los electores de Unidas Podemos frente al PP. Aunque ligeramente más bajas, son también cifras en las que se mueven los electores del PP en sus percepciones sobre Unidas Podemos y los del PSOE respecto a Vox. Por tanto, aunque se modera la polarización cuando no están presentes los dos partidos de los extremos ideológicos, sigue siendo relevante cuando está presente uno de ellos y el otro pertenece al otro bloque ideológico. A partir de ahí, la polarización se reduce notablemente cuando enfrentamos partidos centrípetos, PP-PSOE o PSOE-PP, o partidos del mismo bloque ideológico: PP-Vox, Vox-PP, o UP-PSOE, PSOE-UP. En el caso de los partidos centrípetos, la polarización se reduce a un 34% entre los electores del PP frente al PSOE y al 26% entre los electores del PSOE frente al PP. Se reduce aún más al interior del bloque ideológico, pero con una interesante salvedad que nos habla de la configuración de las identidades sociales en los partidos más heterogéneos, PP y PSOE: los electores de ambos partidos muestran una polarización hacia el partido de su bloque (Vox y UP) mayor que la que muestran los electores de los partidos extremos hacia los partidos de su mismo bloque ideológico. La mayor identidad de los partidos de la izquierda y derecha radical hace que sus respectivos simpatizantes muestren mucho rechazo al resto de los partidos (fuerte identidad de grupo, fuerte rechazo hacia los exogrupos), excepto en el caso de los partidos que consideran más cercanos ideológicamente. Por otra parte, los electores de los partidos más plurales en sus composiciones se muestran siempre menos polarizados que los anteriores, con el matiz de una relación asimétrica con sus pares dentro del bloque ideológico. Es decir, los electores de Vox y de UP quieren más a los del PP y a los del PSOE, respectivamente, que estos quieren a los anteriores dentro de su bloque.
Podemos concluir sosteniendo, sin ningún tipo de duda, que a pesar de que la Región de Murcia muestra según los datos históricos del CIS uno de los niveles más bajos de interés por la política, sus niveles de polarización afectiva en el conjunto de los electores de los cuatro grandes partidos son, comparados con los de España, extremadamente altos. Que a esta desviación contribuyen los dos partidos extremos del sistema, pero que quien con mayor intensidad lo hacen son los electores y simpatizantes del PSOE a nivel regional. También se muestra que hay un patrón muy claro en la polarización entre electores de distintos partidos: los electores polarizan más fuertemente con los partidos más alejados ideológicamente, buscando por el contrario una identidad de grupo con aquellos de su bloque. Y finalmente, que este sistema de partidos, tanto a nivel nacional como regional, expresa una dinámica de identidades ideológicas que parece superadora de las tradicionales identidades partidistas, que se han licuado sobre todo en el PSOE y el PP: el tránsito del sistema previo a 2015-2016, y en especial a partir de 2018-2019, es un tránsito no del bipartidismo imperfecto al multipartidismo, sino del bipartidismo al bibloquismo. ¿Será este el futuro del sistema de partidos en la Región en 2023?
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